1. Todo lo que está ocurriendo en nuestro país es el resultado de una decisión soberana del pueblo, misma que fue expresada de manera libre, pacífica y democrática en las urnas electorales el 3 de febrero de 2019, y que fue ratificada el 28 de febrero de 2021.
2. El pueblo conquistó con su voto el Ejecutivo, luego el Legislativo, y así comenzó a sanear el Judicial, profundamente corrupto. Hoy tenemos una auténtica gobernabilidad democrática y plena estabilidad política.
3. La lucha frontal contra la evasión fiscal. Las comisiones especiales legislativas anticorrupción y, sobre todo, la inminente aprobación de la ley retroactiva para la no prescripción de los delitos de corrupción garantizan el fin de la impunidad pasada, presente y futura.
4. El Plan Control Territorial empujó a las pandillas criminales a un repliegue profundo. Ahora, en su fase de modernización, aumento sustantivo del personal policial y militar e incursión efectiva en el terreno, las coloca al borde de su derrota definitiva.
5. La acelerada modernización de todo el sistema público de salud, que permitió convertirnos en referente mundial de la lucha eficiente contra la pandemia, ratifica la férrea decisión presidencial de que lo público sea igual o mejor que lo privado.
6. La agenda de construcción y reconstrucción de escuelas y universidades de primer mundo en todo el país y el cierre de la brecha digital con la entrega gratuita de computadoras con internet a todos los niños y jóvenes del sistema público de educación es un salto de calidad de alcance histórico.
7. La inversión social inédita, sostenida y creciente de este Gobierno mejora día a día, progresivamente, la calidad de vida de toda la población, especialmente de los sectores más vulnerables tradicionalmente excluidos de los beneficios del progreso.
8. Fin de la exclusión y la marginación social. Hoy, como nunca en los 200 años de historia nacional republicana, la inmensa mayoría de los salvadoreños sentimos que la patria es una comunidad de destino y que el país es la casa de todos, como siempre debió haber sido.
9. El diseño y la articulación estratégica de todos los factores anteriormente expuestos son obra de un liderazgo visionario, inteligente, eficiente y valiente encarnado en el presidente Nayib Bukele. El pueblo así lo reconoce y por ello le ha conferido un respaldo de más del 90 % en todas las encuestas.
10. El único objetivo de toda esta dura batalla, librada sin descanso por el pueblo y su líder, es convertir a El Salvador, del modo más rápido posible, en un país digno y desarrollado. Ese objetivo es irrenunciable e irrevocable.