Durante su campaña, el candidato presidencial Nayib Bukele condensó su discurso en dos frases: «El dinero alcanza cuando nadie se lo roba» y «Devuelvan lo robado». El pueblo entendió de inmediato que esa era una especie de síntesis de todo un programa político. La palabra no dicha, pero implícita, era obvia: corrupción.
Aquel joven candidato obtuvo la victoria el 3 de febrero de 2019 y, dos años después, el 28 de febrero de 2021, el pueblo salvadoreño reafirmó su decisión al otorgarle en las urnas una absoluta mayoría municipal y legislativa.
El mismo día que la bancada mayoritaria tomó posesión de su cargo, el pasado 1.º de mayo, hizo valer su primera decisión: comenzar a limpiar el sistema judicial, comenzando por destituir a los magistrados de la Sala de lo Constitucional y al fiscal general de la república.
Posteriormente, la nueva asamblea Legislativa estableció dos comisiones especiales: una para investigar las irregularidades en la transferencia de fondos públicos a las ONG y otra para investigar los sobresueldos cobrados por altos funcionarios públicos.
En esas dos comisiones legislativas comenzó a develarse que los dos partidos que nos gobernaron durante los últimos 30 años, ARENA y el FMLN, utilizaron un mismo mecanismo de corrupción para saquear el erario en beneficio particular de sus dirigentes y funcionarios.
Y SE PRENDIÓ EL CAÑAL
La semana pasada, en el marco de esas y de otras investigaciones fiscales en curso, fueron capturados varios dirigentes y exfuncionarios del FMLN. En la lista de los imputados estaba el expresidente de la república Salvador Sánchez Cerén, pero este, junto con otros de sus cómplices, ya se había dado a la fuga.
El mismo día de esas capturas, estando todo el pueblo pendiente de nuevas detenciones que también incluyeran a dirigentes y exfuncionarios de ARENA, el presidente Nayib Bukele publicó un tuit de una sola palabra: «Singapur». Pocos días después, mi amigo Porfirio Chica publicó en las redes sociales el siguiente mensaje: «Singapur es un modelo de referencia en el combate a la corrupción. “Si quieres derrotar la corrupción, debes estar listo para enviar a la cárcel a tus amigos y familiares”. Esa fue la frase con la que Singapur inició su milagro económico».
Coincidentemente, también ese mismo día, yo escribí en Twitter este otro mensaje: «Si desatas el dispositivo anticorrupción, y si el pueblo lo asume como suyo, ya no hay manera de pararlo y caerán todos los corruptos del partido que sean. Eso es lo que ha hecho Nayib, y eso se llama decencia».
«Singapur: decisión irrevocable de eliminar la corrupción. Garantía de que cada centavo del dinero público vaya al pueblo y no al bolsillo privado partidario del color que sea. No hay otra manera para salir del subdesarrollo».
Por su parte, el presidente Bukele ya presentó a la Asamblea Legislativa una iniciativa de ley, retroactiva, para impedir que los delitos de corrupción prescriban. Los corruptos del pasado y del presente están aterrorizados, pero el pueblo salvadoreño se ha declarado en estado de felicidad.