El nuevo clima de seguridad pública que se vive en El Salvador y los incentivos fiscales se han combinado para atraer inversiones al Centro Histórico de San Salvador, donde para finales de este año se proyectan $136 millones invertidos, y para 2025 nuevos proyectos privados en los rubros de alojamiento, gastronomía variada, vivienda, entre otros.
Manuel Rodríguez Joachín, director de la Autoridad de Planificación del Centro Histórico de San Salvador (Aplan), destaca un auge del clima de negocios en la zona capitalina, gracias a la política y estrategia de seguridad pública del Gobierno del presidente Nayib Bukele, así como a la legislación que da incentivos fiscales a la actividad comercial. «Quizá ninguno de nosotros pensó en ver el Centro Histórico como lo vemos en este momento […]. Las mismas condiciones de seguridad en las que ahora vivimos hacen que el país sea atractivo para las inversiones», reiteró el funcionario de la Aplan.
Representantes de organismos de socorro son unánimes al afirmar que la violencia desapareció de las 80 manzanas que han sido recuperadas y revitalizadas, que en el pasado fueron escenarios de violencia común y del accionar de las pandillas.
Óscar Meléndez, jefe de Operaciones de Cruz Verde Salvadoreña, asegura que no se ha registrado ningún hecho de violencia en el área que «era una zona crítica y delicada» producto de la delincuencia común y las maras.
«Hemos visto un descenso total de violencia. Hay más tranquilidad gracias a la seguridad que existe. En años anteriores estaba delicado», sostiene, por su parte, Jónatan Chicas, coordinador del Centro de Operaciones de Emergencia de Cruz Roja Salvadoreña.
Carlos Fuentes, vocero de prensa de Comandos de Salvamento, asegura: «Ya no ha habido ningún tipo de violencia en el Centro Histórico de San Salvador; al contrario, hemos visto mucha seguridad. En años anteriores era bastante complicado».
Estados Unidos redujo de 3 a 2, a principios de noviembre pasado, el nivel de alerta para sus ciudadanos que viajan a El Salvador, gracias al buen clima de seguridad derivado de las acciones impulsadas por el Gobierno del presidente Bukele.
ONU Turismo señala, además, que la inversión de «más de $7,500 millones en proyectos turísticos y mejoras en seguridad e infraestructura» permite a El Salvador estar «listo para convertirse en un destino turístico de clase mundial».
El Plan Control Territorial (PCT) y el estado de excepción han permitido reducir drásticamente los homicidios, encarcelar a más de 83,000 pandilleros, recuperar los territorios en poder de las pandillas, asestar duros golpes al crimen común y organizado y al narcotráfico.

El Centro Histórico de San Salvador continúa siendo el segundo lugar más visitado por nacionales y extranjeros en épocas festivas y en el día a día, luego de las playas, han informado las autoridades del Ministerio de Turismo.
Por otra parte, Rodríguez Joachín pondera la normativa legal que ayuda a ampliar o a atraer inversiones privadas a la zona recuperada y revitalizada del distrito capital.
«El Centro Histórico es el único destino del país que tiene los beneficios de exenciones tanto del impuesto que se le paga a la municipalidad como del impuesto que pagamos al Ministerio de Hacienda», recuerda el funcionario.
La Asamblea Legislativa aprobó en marzo del año pasado la ley de creación de la Aplan, que entre su articulado desarrolla un capítulo para regular incentivos, exención del impuesto sobre la renta, gastos deducibles del impuesto sobre la renta, exención de impuestos municipales y requisitos.
«Serán sujetos de los incentivos que establece esta ley las inversiones en actividades comerciales y turísticas tales como alimentación, alojamiento, recreación, información y transporte, desarrollo de estacionamientos, desarrollo inmobiliario y habitacional, actividades culturales», indica.
También se incluyen «actividades que tengan por objeto la rehabilitación, conservación y recuperación de los inmuebles que se encuentren dentro de la zona delimitada del Centro Histórico de San Salvador».
El nuevo corazón capitalino inició su proceso de transformación cuando Nayib Bukele era alcalde de San Salvador.