La Liga de Campeones es el torneo de clubes más importante de la región que organiza la Confederación de futbol del Norte, Centroamérica, y el Caribe, CONCACAF, su inicio data del 25 de marzo de 1962, hasta el momento se han jugado 52 ediciones.
Desde 1962 al 2008 se jugó la «Copa de Campeones» y entre 1969 y 1998 y a lo largo de dieciocho ediciones, el Campeón disputaba la Copa Interamericana frente al ganador de la Copa Libertadores de América, a partir del certamen 2008 a 2009 inició el proceso de mejorar en aras de aumentar su presencia a través de los clubes en el ámbito internacional, se cambia al nombre de Liga de Campeones y donde el Campeón representa a la zona de CONCACAF en la Copa Mundial de Clubes de la FIFA.
En esta larga lista de torneos de clubes y donde los equipos mexicanos han dominado la competencia; América ha sido el mayor ganador con 7 copas, y Olimpia de Honduras con más presencias (32) y campeón en 1988, nuestros equipos lograron estar en esta lista de campeones; Alianza, (1967) Águila (1976) FAS, (1979) este dato estadístico nos demuestra que la década del 70 ha sido la de mayores logros internacionales de nuestros equipos y motivo para preguntarnos: ¿qué ha pasado en estos 42 años de competir a nivel de clubes en la región?
La respuesta debe tenerla cada dirigente, cada entrenador, y cada jugador que le ha tocado estar en tan interesante certamen, la liga de campeones es una competencia que nos permite evaluar el crecimiento de los clubes y el nivel de competencia de las ligas en cada país, ante esta encrucijada nos vemos en la necesidad de analizar el camino a tomar para que nuestros equipos sean competitivos a nivel internacional, seguir con los mismos formatos nos traería un estancamiento y por ende el resultado nos trae una baja en ingresos, y poco crecimiento en el espectáculo deportivo.
La primera división profesional dentro sus objetivos deberá visualizar la posibilidad de que los equipos que nos representen en la Liga de Campeones tengan el suficiente nivel para competir y para ello la Liga Mayor de Futbol, deberá diseñar una competencia que permita potenciar a sus jugadores jóvenes, además juzgar el nivel futbolístico del jugador extranjero; no menos importante es la necesidad que los clubes al momento de diseñar sus objetivos de la temporada estén claros a sus posibilidades, los equipos tradicionales que siempre buscan ser campeones, se debe tener la visión de diseñar un equipo que va a competir a nivel Centroamericano como primer objetivo.
La afición siempre espera algo más de sus equipos en cada competencia, y el compromiso de dirigentes, entrenadores, y jugadores es ofrecer un buen espectáculo. Innovar es palabra la que tenemos que aplicarnos en busca de argumentos que permitan un crecimiento que nos lleven a competir en el área de CONCACAF.
La vista puesta en «París 2024»
En mi columna anterior comencé a hablarles un poco del Plan Nacional de desarrollo del Futbol elaborado en el año 2001, elaborado con la intención de establecer un orden en el descubrimiento y formación de nuestros talentos. Considero que dicho plan puede tener continuidad y debe retomar temas que beneficiarían el futuro de nuestros jóvenes talentos. Uno de los temas inconclusos del documento fue la fundación de los cuatro centros de desarrollo en lugares estratégicos del país, tema que se discutía como una prioridad en aquellos días.
Sin duda es un desafío a superar, debemos tener conciencia que llegar a conquistar una posibilidad de estar en los juegos olímpicos de Paris 20024, desde ya debemos montar estrategias que permitan un crecimiento global en nuestros jóvenes elegibles para esta histórica competencia, la creación del programa de talentos es una necesidad que desde mucho tiempo atrás se pedía a gritos
El diseño de competencia de manera permanente es un factor importante en el desarrollo del joven, el competir a nivel internacional a través de su club o selección nacional le dará una madurez emocional en su corta edad, los centros de desarrollo hacia el alto rendimiento complementa la pirámide que inicia desde la masificación del talento, cerrando con jugador élite que es aquel elegible para selección nacional.
Nuestras autoridades deportivas tienen la oportunidad de dejar un legado que será recordado por muchas generaciones; primero será necesario hacer un estudio de factibilidades evaluando los pormenores para crear un entorno de desarrollo que sea respaldado por: infraestructura, implementos, apoyos en la ciencia, metodología de trabajo, modelo de entrenamiento que permita dominar nuestro estilo de juego, que sería ejecutada por entrenadores debidamente capacitados, en busca de un óptimo funcionamiento de futuro.
La apuesta también debe ser acompañada por una generación de nuevos entrenadores con un perfil de hombres que desde su infancia transpiraron futbol, que fueron parte de las diferentes selecciones menores, profesional como jugador, estudiosos en la investigación de las tendencias del entrenamiento en la etapa de desarrollo, respetuosos del deporte, serían apuestas para un nuevo proyecto.
Liga de Campeones CONCACAF, Ciclo para Juegos Olímpicos, son dos competencias que nos marca nuestro crecimiento a nivel de clubes, y la evolución en Selecciones del programa olímpico.
“Da siempre lo mejor que tienes. Lo que plantes ahora, lo cosecharás más tarde” Og Mandino.