En una reciente visita al país, el vicepresidente del Banco Mundial para la región de América Latina y el Caribe, Carlos Felipe Jaramillo, se reunió con el presidente Nayib Bukele y le externó el compromiso de la institución financiera con los planes de desarrollo que el Gobierno impulsa.
«En reunión con el presidente Nayib Bukele reafirmé el compromiso del Banco Mundial con El Salvador de continuar apoyando con inversiones que contribuyan a una reactivación económica sostenible, con un capital humano fortalecido y más oportunidades de empleo para los jóvenes», escribió en Twitter el funcionario del Banco Mundial.
El mensaje es un evidente espaldarazo a las políticas de desarrollo implementadas por el Gobierno del presidente Bukele, que buscan, además del progreso económico de los salvadoreños, reparar décadas de abandono institucional de políticos de ARENA y del FMLN que se dedicaron a saquear las arcas del Estado para enriquecerse.
Para beneficio del pueblo salvadoreño y para frustración y decepción de la vieja clase política (la oposición que aspira a volver al pasado violento y sin oportunidades que forjó a punta de saqueos y corrupción), los organismos internacionales y las organizaciones multilaterales confían en los resultados que el Gobierno cosecha que reciben el reconocimiento internacional.
De esta forma, el «lobby» internacional que impulsa la oposición y sus aliados (entre los que hay fundaciones que florecieron durante la violencia homicida y las prácticas corruptas del pasado y mercaderes de la información que prosperaron con donaciones transnacionales) se queda sin ningún respaldo y desprovisto de cualquier tipo de asidero en la realidad, por tanto, las noticias se encargan de desenmascarar sus turbias intenciones.
En todas partes del continente, incluso más allá, cruzando los océanos, se reconoce el éxito de las políticas que implementa el Gobierno del presidente Bukele, las cuales han transformado el país que lideraba los homicidios en la nación más segura del hemisferio.
La semana pasada, de hecho, Naciones Unidas y la Unión Europea respaldaron la estrategia de prevención que implementa el Ejecutivo a través de la inauguración de seis centros urbanos de bienestar y oportunidades (CUBO), creados para fomentar la inclusión de los jóvenes e impedir que se incorporen a las pandillas.
Esta política, complementada con el combate frontal y contundente hacia las organizaciones criminales, ha erradicado casi por completo las acciones de las pandillas. No es una tarea finalizada, pero sí va por un buen camino y hay muchos que confían en que El Salvador podrá lograrlo.