El 11 Deportivo y Cacahuatique se fajaron en un round que dejó papeletas parejas: un 1-1 que deja abierta la eliminatoria y que será necesario un segundo asalto para definir quien acaba en la lona y quién llega a la final de Apertura 2024.
Cuando sonó «Eyes of the tiger» (Ojo de tigre), melodía de la legendaria película de Rocky, el retador, Chaparrastique, ya estaba sobre el cuadritalátero: el Arturo Simeón Magaña, calentando; el anfitrión 11 Deportivo la tomó con más calma y salió al escenario cinco minutos más tarde.
La tónica se repitió al sonido del silbato. Cacahuatique adelantó su línea de zaga hasta el ecuador, se instaló en la parcela rival y mordió en salida para ahogar a los hombres de Dowson Prado que replicaron con toque en corto, pero no pudieron superar las barreras de presión y fueron superados por el empuje de los cafetaleros.
El primer aviso de la visita la dio Kelvin Hernández al recibir un centro desde la izquierda que consiguió cabecear a las manos del meta Gerson López y aunque ya estaba adelantado provocó que Prado llamara la atención a la zona defensiva.
Al 10′, fue Wilker Da Silva con un nuevo testarazo y después también probó la misma fórmula Reynaldo Aparicio con remate que le salió pegado al tubo justo a los guantes de Gerson López. Igualmente el árbitro señaló falta.
A la presión y el viento que les sopló en contra durante todo el primer acto, se sumó un escandaloso «yerro» de Miguel Murillo, 19′ , el zaguero cafetero terminó sirviendo un pase de gol a Da Silva que enfiló a marco y no perdonó para el 0-1 visitante.
El mazazo le sacó los colores a la hinchada ahuachapaneca que si bien lamentó el error del zaguero se acaloró y frustró más con el concierto de pases fallados y la pobreza ofensiva de los tanques que no sumaron una sola llegada de peligro, y el meta Óscar «Pavo» Sánchez vacacionó los primeros 45 minutos.
El libreto cambió totalmente en el complemento, el tanque entró recargado, con el cañón y la ametralladora listos para causar daño y las barricadas, (sistema 3-3-3-1) pasaron de blindadas paredes de adobe.
Jomal Williams desenchufado en la primera función se activó y con la llegada de Kemal Malcolm empezaron a provocar aberías. La dupla caribeña fue clave en la piedra triangular que les permitió celebrar el 1-1.
El celebrado tanto llegó al 57′, en un robo de Murillo que galopó por derecha y sirvió para Williams que centró y Malcolm se encargó de cerrar la pinza y firmar un gran gol que valió también para que el defensa cafetero, que celebró de rodillas, enmendara su error.
En adelante el encuentro se tornó en una y vuelta cargado de dramatismo, pero apesar que se fajaron sobre el césped las chances de gol fueron muy escasas y el tablero ya no se movió. Nada, para nadie.