Durante el período de guerra civil que sufrió El Salvador, múltiples masacres fueron perpetradas contra la población civil que no formaba parte de los bandos beligerantes: el Ejército y la guerrilla.
La masacre del río Sumpul, masacre de Las Hojas, masacre de El Mozote, la masacre de los seis sacerdotes jesuitas y sus dos colaboradoras son algunas de las que siguen sin resolverse a plenitud, con ciertos hechores que han sido sentenciados, no así los autores intelectuales.
Los Acuerdos de Paz contemplaban el resarcimiento de las víctimas y el esclarecimiento de los diferentes hechos conforme a la verdad de lo sucedido.
Pero en 1993 la Asamblea Legislativa acordó emitir la ley de amnistía, que en términos prácticos otorgaba, implícitamente, «perdón y olvido» a los autores materiales e intelectuales.
La Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia resolvió como inconstitucional la referida ley y la dejó sin efecto, lo que abrió la posibilidad para iniciar los procesos judiciales por las diferentes masacres.
Cuatro gobiernos de ARENA y dos del FMLN no buscaron llevar la verdad a las víctimas sobrevivientes y a la sociedad salvadoreña, y permitieron que muchos partícipes de los horrendos crímenes quedaran libres y sin ser procesados.
El Gobierno del presidente Nayib Bukele ha sido el primero en entregar toda la documentación en poder del Ejecutivo referida a una masacre, la sucedida en el cantón El Mozote, en Morazán.
El mandatario salvadoreño expresó a los habitantes que han refundado el cantón El Mozote que se va a esclarecer el crimen y que quienes diezmaron cerca de 1,000 vidas en ese lugar serán llevados ante la justicia para que reciban el castigo que merecen.
La causa judicial por la masacre de los sacerdotes jesuitas también ha sido reabierta y se han comenzado las diligencias necesarias ante los tribunales.