Borrar sus tatuajes, quemarlos, taparlos con otros tatuajes y hasta usar maquillajes para ocultarlos, son algunas de las artimañas por las que han optado más de una decena de mareros en su intento de eliminar cualquier vínculo con la pandilla y así burlar la justicia luego de más de 30 días de implementado el régimen de excepción, sin embargo, la inteligencia policial y militar ha sido efectiva y los terroristas ya están tras las rejas.
El Gabinete de Seguridad, liderado por el presidente Nayib Bukele, confirmó que desde que iniciaron las operaciones de búsqueda y captura de terroristas los índices de homicidios y otros delitos de alto impacto han tenido una significativa reducción en El Salvador.
La sola pertenencia a las pandillas es un delito, de acuerdo con las últimas reformas al Código Penal para criminalizar a estos grupos terroristas, y esto los puede llevar a la cárcel hasta por 20 años.
Uno de los más recientes arrestados es Guillermo Antonio Mejía Chinchilla, alias «Lámpara», quien quiso burlar la justicia y ocultó las letras de la pandilla con el dibujo de un águila, pero la Policía lo tenía fichado y fue capturado en Chalatenango.
Otro de los casos llamativos es el de José Quintín Molina, alias «Danger», que fue aprehendido en La Unión. El informe oficial detalla que al ser revisado tenía tatuajes aparentemente artísticos, pero tras un peritaje se descubrió que había tratado de ocultar los tatuajes alusivos a grupos terroristas.
Lo mismo intentó hacer Francisco Manuel Cañas Serrano, alias «El Sentencia», quien pretendía disimular sus marcas de pandillas con una calavera y unas alas, sin embargo, de nada le valió y fue arrestado. Trascendió que este criminal participó en la masacre de 11 trabajadores de una empresa de electricidad en San Juan Opico en 2014, hecho por el que fue procesado y puesto en libertad por un juez. Además, está vinculado a otros dos asesinatos.
La desesperación de los terroristas y el miedo a ser arrestado ha ido más allá que hasta han quemado sus tatuajes, por ejemplo, en Soyapango, José Otoniel Hernández, alias «Chispa», utilizó cauterizador para quemar sus tatuajes. Mientras que, en Corinto, Morazán, Santos Simón Medrano, alias el «Bigotes», hizo lo mismo que el Chispa para borrar sus tatuajes e intentar escapar de la justicia.
De igual manera, algunos pandilleros optaron por dejarse crecer el cabello para ocultar sus tatuajes, tal es el caso de Jesús Alas Merino, alias «Caco», quien tras un corte de pelo en la cárcel le descubrieron las letras MS. Mientras que otros decidieron por ponerse varias capas de maquillaje femenino en el rostro para escapar de las autoridades como sucedió con Kevin Rafael Recinos, conocido en la mara como «Matanza». Él fue localizado mientras intentaba escapar a Guatemala.
De acuerdo con la información, el terrorista quiso pasar desapercibido al maquillarse por completo la cara para ocultar sus marcas alusivas a la pandilla, pero equipos de la Policía Nacional Civil (PNC) lo capturaron de inmediato en la frontera San Cristóbal, departamento de Santa Ana.
Lo mismo sucedió con dos mareros de la 18, quienes fueron descubiertos por la Policía Nacional Civil de Guatemala y según las autoridades guatemaltecas los pandilleros se maquillaron para borrar la evidencia. Los terroristas fueron localizados en el kilómetro 131, aldea Zacamil, Moyuta, departamento de Jutiapa.
Entre el 27 de marzo al 25 de abril, más de 18,000 terroristas y colaboradores han sido capturados y el Gabinete de Seguridad pretende incrementar ese total luego que los diputados de la Asamblea Legislativa prorrogaron por 30 días más el régimen de excepción para que las autoridades continúen desarticulando a los criminales que han asesinado y extorsionado a los salvadoreños.
«La Constitución exige que el régimen de excepción sea aprobado al menos por 2/3 de los diputados (56 de los 84) y 3/4 partes (63 de los 84) para aprobarlo en toda su extensión. Y fue aprobado por 67 de los 84 (80 % de los diputados). La definición de la democracia», reaccionó el presidente Bukele luego de la prórroga de la medida.