Agradezco la confianza que muchas personas me demuestran; en ocasiones me han preguntado: «¿Por qué mi hijo no me hace caso?». O me hacen afirmaciones como: «Mi hijo está en la etapa que no hace las cosas como se las explico».
Cuando las personas consideramos que una conducta es inadecuada o queremos que se lleven a cabo actividades de una manera específica, buscamos la forma de explicar lo más claro posible, damos las indicaciones paso a paso, encontrando las palabras adecuadas; en ocasiones logramos el objetivo con el discurso adecuado, en otras terminamos diciendo «mejor lo hago yo”», en ocasiones con desagrado y en otras, con frustración.
Recuerdo que, hace muchos años, un amigo tenía una dificultad con la carga de la batería de su auto. Me pidió ayuda para que yo hiciera el proceso de arrancarlo mientras él y otros amigos empujaban. Yo no tenía el conocimiento ni las habilidades para hacerlo. Intentó explicarme de diferentes maneras, sin lograr el objetivo, así que, para no perder más tiempo, le dije que lo hiciera él y que yo podía ayudar a los demás empujando y estaría pendiente viendo cómo lo hacía. Ese día aprendí cómo se arrancaba un auto que tenía problemas con la batería. Unos años después tuve exactamente la misma situación, pedí ayuda para empujar el vehículo, logré arrancarlo y llegué a un taller para que me auxiliaran correctamente.
Me sentí muy satisfecho de haber logrado aprender prestando adecuada atención a la persona mientras desarrollaba el proceso. Ese paso a paso mientras ponía en práctica su conocimiento o habilidad. Un día podría necesitar poner en práctica lo aprendido en una situación de emergencia. Años después, otro buen amigo me hizo una llamada telefónica y me preguntó si podía explicarle cómo arrancar una moto que tenía problemas con la batería. Le habían dicho que si podía arrancarla empujada le permitiría llegar a un taller o a su casa para que con tranquilidad lo asistieran. Mi amigo estaba depositando la confianza en mí, así que intentaría no defraudarlo. Inicié la explicación. Paso uno: encontrar una leve pendiente en la que no tuviera ningún riesgo por otros vehículos.
Paso dos: girar la llave para encender el sistema eléctrico con la poca carga que tuviera la batería. Paso tres: poner la moto en segunda manteniendo la palanca del cable de cambios a fondo. Paso cuatro: empezar a bajar la pendiente. Paso cinco: soltar la palanca del cable de cambios y acelerar rápido pero con precaución. Creí que había sido claro y muy preciso en el paso a paso, pero escuché mucho silencio e inmediatamente después me dijo: «Puedo esperarte. ¿Será que podrías venir y ayudarme?». Y claro que fui.
Para poder aprender algo, en ocasiones es indispensable ver cómo lo hace alguien más. Retomemos el término «conducta», del cual uno de sus sinónimos es comportamiento. Si alguien considera que una persona necesita cambiar un comportamiento o aprender uno nuevo, habrá que demostrar cómo se hace, tendrá que hacerlo varias veces y pedir que lo haga con usted para que aprendan cómo hacerlo. Albert Bandura, psicólogo canadiense reconocido gracias a su teoría del aprendizaje social, defiende que las personas tenemos la capacidad de aprender observando a un modelo.
Por lo tanto, dé el ejemplo, demuestre como es la forma correcta y apoye.