Mon Laferte se caracteriza por mezclar diferentes géneros musicales como la cumbia, el pop, música de mariachi, el blues, el mambo y hasta ópera. Además de lo peculiar de su música, cada look que usa la chilena es icónico, algunos son de estilo vintage mezclados con prendas retro que combinan a la perfección con cada una de sus interpretaciones.
Usando una falda bombacha a cuadros, un corsé negro, medias negras, botas largas y sus infaltables flores en la cabeza se presentó, por primera vez, el pasado jueves en El Salvador como parte de su gira Autopoiética Tour.
La canción con la que inició fue «Tenochtitlán», una cumbia rebajada y lanzada como el primer sencillo de su álbum Autopoiética de donde se desprende el nombre de su gira. La cumbia rebajada es un subgénero que deriva de la cumbia de Colombia y la cumbia de México.
La siguiente pieza fue «Te juro que volveré», la segunda que se desprende de su octavo álbum mencionado anteriormente, y que en su esencia refleja una promesa que no logró cumplir a tiempo.
«Obra de Dios» fue la tercera. Siguió con «NO+SAD», «Tormento» y «Metamorfosis», canción que destaca el empoderamiento femenino y que fue utilizada para hacer una pasarela con algunos fans quienes lucieron atuendos basados en el estilo de la cantante.
La noche siguió formidable con temas como «Préndele fuego», «40 y MM», «Pornocracia», «Mew Shiny» y «Amantes suicidas», canciones que pertenecen al último disco lanzado.
Pero también interpretó «Mi buen amor», «Antes de ti», «Calaveras», «La mujer», «Se me va a quemar el corazón», «El cristal», «Pa dónde se fue», entre otras, que pertenecen a álbumes pasados. En el set list no faltó «Tu falta de querer», que fue cantada a todo pulmón por los asistentes.
Luego de más de dos horas, la cantautora cerró el concierto con «Casta Diva», una ópera que para muchos se convirtió en la cereza del pastel.
Mon y su vida en canciones
La música de Mon ha cautivado a muchas generaciones, pero su vida también se ha convertido en un ejemplo de resiliencia ya que, desde pequeña y a pesar de tener mucho en contra, logró triunfar.
A sus 13 años dejó de estudiar y se dedicó a cantar por unas monedas en calles, bares y donde fuera posible «porque faltaba el pan pa’ mantenerse vivas» como dice la canción «Te vi», que fue escrita por la artista y dedicada a su madre, ya que su padre luego de divorciarse y perder la custodia legal, la abandona a ella y a su hermana. En ese momento, la chilena tenía 7 años. De este episodio que marcó su infancia decide escribir la canción «Pa´ dónde se fue», melodía dedicada a su progenitor.
La inspiración para cantar y componer viene de su abuela materna, Norma, quién era conocida como «la reina del bolero». De los consejos de su abuela escribe la canción «La trenza» y tras su fallecimiento y al no poder llegar a su funeral le dedica «El cristal».
Una de sus melodías más sonadas «Tu falta de querer», que lanza en 2016, también surgió de un suceso: luego de tocar fondo, no querer vivir y estar en completa depresión creó el álbum Mon Laferte Vol.1 que fue nominado al Grammy como mejor álbum de música alternativa.
Al escuchar las canciones de Mon Laferte se nota que la mayoría de sus composiciones se basan en sus vivencias, es decir, su vida está quedando plasmada en la historia de la música.
El escenario y las coreografías
Cada una de las canciones que Mon Laferte interpretó estuvo acompañado por un fondo y juego de luces que cambiaban o se adaptaban al ritmo de la melodía.
Cuando interpretó acompañadas de su guitarra, las luces se tornaban un poco más frías, en tonos grises, negros y blancos; pero cuando el ritmo se elevaba o era más bailable, imperaba el rojo.
A pesar de que estaba un set list definido, la también compositora no dudó en improvisar. Uno de los momentos que más llamó la atención fue que cuando estaba afinando su guitarra cantó y tocó una estrofa de la canción «Rica y apretadita», de El General.
Durante el concierto hubo espacio para cantarle el «Feliz cumpleaños» a Diego, que forma parte de su equipo, a quien describió como «un gran amigo y padrino de su hijo».
De igual manera complació a una fans, quien por medio de un cartel le solicitó «Vendaval».
En cuanto a sus bailarines, utilizaron diversos atuendos que cada cierto tiempo cambiaban para adaptarse al performance preparado. Usaron leotardos rojos, rosados, pantalones formales y faldas al estilo flamenco.
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