A 10 años y seis meses de cárcel fue condenado, el miembro de la Mara Salvatrucha, Francisco David Armando Hernández, por el delito de extorsión agravada cometido en Mejicanos.
La pena la impuso el Tribunal Cuarto de Sentencia de San Salvador, ya que la Fiscalía probó en la vista pública la extorsión agravada continuada, que el pandillero de 49 años cometió en perjuicio de un comerciante.
El fiscal del caso informó que las investigaciones fueron iniciadas el 15 de octubre del año 2017, la víctima con régimen de protección acudió a denunciar y agentes policiales especializados en investigar extorsiones hicieron varias diligencias de entregas de dinero controladas.
«Fue mediante este mecanismos que se ha logrado esta condena de 10 años y seis meses por el delito de extorsión agravada en perjuicio de una víctima con régimen de protección», reiteró el representante del ministerio público.
En la primera llamada que le hicieron a la víctima le exigieron $100 mensuales, le dijeron que a partir de ese momento tenía que colaborar con la pandilla, si se negaba lo amenazaron con atentar en su contra.
«Mediante la negociación se llegó al acuerdo que se le iba a entregar la cantidad de $40, se hizo con la intervención de un negociador de la Policía Nacional Civil», agregó el fiscal.
De esa manera el pandillero fue detenido de forma infraganti cuando recogía el dinero de la extorsión que habían hecho a la víctima a través de llamadas telefónicas.
La Unidad de delitos relativos al Patrimonio Privado de la oficina fiscal de Mejicanos, antes de esta condena ya había logrado que este pandillero recibiera 15 años de prisión por otro caso de extorsión.
Esa condena la impuso el Tribunal Segundo de Sentencia de San Salvador, en octubre del año 2020 luego de validar toda la investigación realizada por los fiscales y policías del caso.
Ese hecho lo cometió en junio de 2017, cuando al negocio de la víctima llegó un sujeto quien se había identificado como miembro de la Mara Salvatrucha, le entrega un papel con un número de teléfono, diciéndole que llamara para que le dieran indicaciones, porque a partir de ese día pagaría renta a la pandilla, de lo contrario atentarían en contra de su vida o la de sus familiares.