La jueza Irina Khorlina decidió dejar «sin cambios» el fallo emitido en julio. Robert Woodland, de 32 años, deberá cumplir su pena en una colonia penitenciaria de régimen estricto, según una periodista de AFP presente en la audiencia.
Woodland fue declarado culpable de «intento de tráfico de drogas a gran escala», un crimen que se castiga con hasta 20 años de cárcel.
Según la acusación, antes de su detención, el condenado había recuperado unos 47 gramos de mefedrona, una droga sintética que se disponía a vender, de un escondite situado en una zona boscosa de Mytishchi, cerca de Moscú.
Su abogado Stanislav Kshevitski indicó a los periodistas presentes que su cliente había reconocido estar «en posesión de droga» pero «niega la venta». «Es un toxicómano desde hace tiempo, robó la droga a otra toxicómana y quería esconderla para consumo personal», señaló el letrado.
Según agencias de noticias estatales rusas, Robert Woodland nació en la región de Perm, en los Urales, y fue adoptado en 1993 por una familia estadounidense, antes de volver a Rusia en 2020.
En los últimos años, varios ciudadanos estadounidenses han sido detenidos y condenados a altas penas de prisión en Rusia. Washington acusa a menudo a Moscú de detenerlos para canjearlos por rusos encarcelados en Estados Unidos, en un contexto de tensión por el conflicto en Ucrania.
Tras la audiencia, Kshevitski indicó a los periodistas que Woodland volverá a apelar la decisión.