Una estructura de 19 miembros de la Mara Salvatrucha que en septiembre de 2020, delinquió en dos distritos del departamento de La Paz y uno de La Libertad, fueron condenados a penas de hasta 98 años de prisión.
Entre los sentenciados hay cinco cabecillas; uno tenía la función de corredor del programa de La Paz y cuatro corredores de la clica Miraflores Locos Salvatruchos.
En el juicio efectuado por el Tribunal Quinto contra el Crimen Organizado de San Salvador, la Fiscalía General de la República probó que los pandilleros consumaron extorsiones, homicidios y tráfico de droga en Zacatecoluca y San Pedro Masahuat.
La mayor condena fue para el corredor del programa, Williams Nehemías Gómez Cruz, el tribunal le impuso 98 años por los delitos de agrupaciones ilícitas, casos de extorsión agravada, proposición y conspiración de extorsiones, y proposición y conspiración en el delito de homicidio agravado.
Al corredor de clica, Jairo Caleb Ticas Oviedo, lo condenaron a 57 años por agrupaciones ilícitas, casos de extorsiones, conspiración en el delito de homicidio y tráfico ilícito de drogas.
Un tercer corredor de clica identificado como Jorge Alberto Medrano Marroquín, recibió una pena de 44 años, luego que el ministerio público acreditó que como cabecilla de la estructura terrorista tuvo participación en delitos que afectaron patrimonialmente a varías víctimas quienes pagaron cuotas en concepto de extorsión y que se agrupó para dirigir y traficar con drogas.
Otros 11 condenados tenían rango de colaboradores y homeboy, según quedó establecido en la vista pública.
Entre las víctimas de homicidio hay testigos que iban a declarar en contra de la pandilla en procesos penales iniciados en varios juzgados, presuntos colaboradores de pandillas contrarias y personas extorsionadas de diversos negocios y empresas de servicios.
Uno de los hechos por los que fueron condenados es la desaparición del concejal de Jicalapa, Neftalí Vásquez Esquivel, quien fue privado de libertad el 6 de marzo de 2020.
La víctima fue interceptada cuando regresaba de una carrera de cintas en el cantón Argentina de Jicalapa, desde ese día su familia no lo volvió a ver, cuando agentes de la División Élite contra el Crimen Organizado (DECO) y División Antipandillas indagaban la desaparición descubrieron que el teléfono de Vásquez Esquivel lo estaban utilizando dos pandilleros, entre ellos un cabecilla.