El Juzgado Especializado de Sentencia C de San Salvador condenó hasta con 242 años de cárcel a miembros de una banda dedicada al robo de furgones con mercadería.
Al finalizar el fallo de la vista pública, 28 integrantes de la estructura recibieron diversas penas por 32 casos de robo, unos fueron condenados a tres años, pero hubo otros que recibieron 41 y 112 años; pero la máxima fue de 242.
El juzgado solo absolvió a uno de los imputados por un caso de robo donde la víctima es originaria de Costa Rica y no se acreditó su denuncia en el proceso penal.
Durante el juicio se conoció que la banda cometió los atracos en carreteras cercanas a zonas fronterizas del país.
La Fiscalía General de la República los acusó de 33 casos, pero terminó probándole al juzgado 32 robos de furgones con mercadería que sobrepasa los $500,000, monto que se extrajo de la denuncia presentada por las víctimas.
Los robos perpetrados por los asaltantes comenzaron desde el año 2013, según declararon en la vista pública los afectados.
A los delincuentes los comenzaron a indagar en el año 2019, en el juicio fue presentada la declaración de un testigo criteriado quien contó la manera en la que fue planificado cada uno de los robos y la participación que tuvo cada uno de los miembros de la estructura.
El delincuente beneficiado a cambio de información clave en contra de sus compañeros de banda, dijo que para robar la mercadería privaron de libertad a los conductores de los furgones, interceptaron las unidades de carga en las carreteras de mayor circulación de camiones de transporte internacional.
Los asaltos fueron documentados por las autoridades en las carreteras hacia Acajutla, El Poy, San Juan Opico, Carretera de Oro y Comalapa.
Los conductores al ser entrevistados por los investigadores dijeron que cuando los furgones eran interceptados, a ellos los privaban de libertad y los mantenían en esa condición hasta que los miembros de la banda trasladaban la mercadería hacia bodegas para después distribuirla en los principales mercados de San Salvador.
El modus operandi consistía en hacerle ver a los conductores que llevaban desperfectos mecánicos y cuando lograban detener la marcha de los furgones los encañonaban con armas de fuego y los mantenían sometidos mientras descargaban la mercadería.
En la vista pública se mencionó que el mercado Central era uno de los que recibía la mercadería robada y es por ese motivo que varios comerciantes han sido condenados como receptadores al haberse convertido en integrantes de la estructura.
Al juicio llegaron a rendir su testimonio las víctimas afectadas por los robos y los conductores de los furgones que fueron sorprendidos por los asaltantes en las diversas carreteras, contaron la forma en la que fueron privados de libertad.