Para los connacionales, Jacqueline Guzmán y Elmer Osorio, El Salvador del que huyeron hace 10 años ya no es el mismo. Ambos escaparon con sus familias a Estados Unidos por la delincuencia, pero con la transformación en seguridad con el Gobierno del presidente Nayib Bukele, ahora aspiran a regresar a sus comunidades y establecer un nuevo negocio.
Guzmán y Osorio eran adolescentes cuando llegaron a Denver, Colorado; el idioma y establecerse en un nuevo país fue lo más complicado para ellos, sin embargo, con ayuda de su familia, los dos se superaron. Estando en Estados Unidos se conocieron y se convirtieron en esposos.
Para cumplir su sueño, coincidieron en establecer una empresa de servicios de roofing, que consiste en la instalación, reparación y mantenimiento de techos en los inmuebles. Su compañía funcionó por tres años, pero el tío de Osorio, Juan Fuentes, que también tiene un restaurante salvadoreño, los impulsó a moverse a este rubro. Fue así como surgió Pupusas Fire en 2022.
Durante un año y medio, los esposos hicieron muchos sacrificios para obtener ganancias en su negocio. Aprendieron a cocinar, sus jornadas se extendieron hasta 16 horas en el local y para no quedarse sin ingresos económicos, tenían otro trabajo. Pero todo valió la pena cuando sus platillos salvadoreños se fueron haciendo famosos de boca en boca hasta posicionarse en la comunidad. Actualmente, con un negocio estable, los esposos están impresionados con los cambios en El Salvador y entre sus metas a futuro está visitar y retornar a su país.
«Como salvadoreños nos sentimos felices al ver el cambio que está teniendo El Salvador», compartió Guzmán tras recordar que la población vivía con miedo por los homicidios. La originaria de Apopa, San Salvador, recordó que nadie podía salir con tranquilidad al trabajo o a la playa, ya que cuestionaban si podrían regresar a su casa a salvo. «Ahora veo que visitan mucho El Salvador y a veces la gente comenta que está en un lugar muy noche y no hay delincuencia. Dan ganas de regresar y poder hacer algo en el país», dijo.
«Pensamos irnos para El Salvador y hacer un negocio allá», sostuvo. «Siempre estoy pendiente de las conferencias del presidente [Nayib Bukele]», agregó.
Los esposos desearía abrir un restaurante en Chalatenango o Sonsonate, pues Osorio vivió en el occidente del país, mientras que en Chalatenango tienen otros parientes.
Esta es una de las principales características de la diáspora, según el presidente de Invest In El Salvador, Rodrigo Ayala, ya que no solo están interesados en regresar a El Salvador, sino también en contribuir en el desarrollo de sus comunidades.
La salvadoreña externó su satisfacción, además, por ejercer el derecho al sufragio este año, con el voto remoto por internet. Esta fue su primera experiencia, pues cuando emigró a Estados Unidos, tenía 16 años.
«Fui una de las primeras en votar, hasta me saqué una foto y se la mandé a mi familia. Ayudamos a muchos clientes que querían hacer lo mismo», recordó.
«Si está percibiendo un cambio en su país, usted va a querer que siga igual», manifestó Guzmán.