Con todo lo que hemos visto y vivido en estos últimos años como humanidad, siendo acontecimientos mundiales, geográficos, regionales, nacionales, climáticos, sociales, económicos, políticos, de salud, etcétera, con incalculables efectos materiales y personales en los seres humanos, ya sea de forma directa o indirecta, me pregunto cómo deberíamos de comportarnos o qué elementos debemos tener en cuenta para seguir adelante ejerciendo cargos y funciones las diferentes personas y profesionales.
Más aún, en forma particular y profesional, ¿cómo debe ser el perfil del contador público de las Américas? Considero que, primero, debe incluir al ser humano como tal, que además de haber dedicado tiempo a la elaboración de registros contables, la lectura de los números, la presentación de propuestas monetarias, el análisis de las finanzas y la elaboración de conclusiones financiero-contables debe recordar que todos cuantificamos y razonamos con base en las experiencias y vivencias que nos forman bajo la condición humana, que los libros no siempre darán respuesta con cálculos numéricos a las situaciones o acontecimientos que se nos presenten, sobre todo para las decisiones que tomemos en la vida, en las relaciones y trato con las personas, recordando que todos nacemos y tenemos igualdad como seres humanos, y esto aplica a todas las profesiones y cargos que se puedan desempeñar, no solo en el área financiera contable.
Creo que en la personalidad de los profesionales y en los oficios deberíamos incluir en nuestro perfil, si aún no lo tenemos, el sentido humano, sentido de respeto y solidaridad, sentido de empatía, sentido de «seres humanos por igual». Características que buscan formar mejores personas con principios, valores y respeto.
Esta sencilla conclusión ya fue visualizada por algunos personajes de la historia, manifestada en diferentes expresiones del pensamiento, entre los cuales están «el respeto al derecho ajeno es la paz», «más vale la pena en el rostro que la mancha en el corazón», «cuida de tus empleados y ellos cuidarán de tus clientes», «el poder no cambia a las personas, solo revela lo que verdaderamente son», «aprende como si fueras a vivir toda la vida y vive como si fueras a morir mañana», «si quieres cambiar el mundo, cámbiate a ti mismo», «el amor es mejor maestro que el deber».
En palabras sencillas aplicables a nuestros días podemos decir que la unión hace la fuerza y que no podemos vivir los unos sin los otros, que dando el ejemplo es como aprendemos, que el compartir nos solidariza, que al ayudar estamos aportando, que solo nosotros mismos podemos hacer el cambio, la diferencia para mantenernos fuertes y firmes ante las inclemencias que la vida nos pueda demandar, para ganar la fortaleza que como personas necesitamos para hacer frente a los retos mundiales y nacionales que se presenten, ya sean de salud, política, sociales, económicos, geográficos, climáticos, etcétera, y ante los cuales primeramente somos solo seres humanos.
Siendo así, podemos decir que en gran medida el equilibrio mental y profesional se demuestra hacia los demás con diferentes acciones personales, no pretendiendo lastimar a tu hermano o, como a veces comúnmente decimos, no pasar encima del otro, no afectar o dañar personal o profesionalmente a otro, ya sea valiéndose de un cargo o de una posición social, económica, política o profesional, o por otros intereses. Esto es aplicable a toda persona, cargo, funcionario y profesional, partiendo de su naturaleza humana.
Además, considero que en las diversas profesiones, y en lo particular en el actuar del contador público de las Américas, debe haber fe para seguir adelante, cuadrando cifras para flexibilizar, aumentando porcentualmente la creatividad, capitalizando entusiasmo, comparando para alcanzar y superar metas, sumando para aportar, creciendo en conocimiento, evitando saldos rojos en esfuerzos, incrementando con entusiasmo y disposición para cumplir los objetivos, con ética y responsabilidad indispensables, con la objetividad que lo caracteriza, la experiencia que comparte y el análisis que fomenta, cualidades y principios de todo ser humano que te harán invaluable contador público de las Américas.