Dolly Parton, icono de la música country, ingresó el miércoles al Salón de la Fama del Rock and Roll, a pesar de que la artista no deseaba ese honor, por considerarse indigna de él.
La cantante formó parte de un ecléctico grupo de nuevos integrantes de este selecto club, que incluye al rapero Eminem, al cantante y actor Harry Belafonte, a la rockera Pat Benatar, a la banda británica Duran Duran y al cantante, compositor y productor Lionel Richie, entre otros.
Parton, de 76 años, y conocida por éxitos como «Islands in the Stream» y «Jolene», pidió el mes pasado que su nombre no fuera considerado para el honor.
«Aunque me siento extremadamente halagada y agradecida por haber sido nominada al Salón de la Fama del Rock and Roll, no siento que me haya ganado ese derecho», dijo.
Cuando el Salón de la Fama rechazó su negativa, en parte porque la votación ya estaba en marcha, Parton acabó cediendo.
La organización afirmó que Parton era mucho más que una estrella de la música country. «Con su pionera carrera como compositora, su voz inconfundible, su glamour campestre, su inteligencia empresarial y su trabajo humanitario, Dolly Parton es un icono muy querido que trasciende al género que transformó para siempre», escribió la organización en su página web.
Las estrellas del country no son ajenas al Salón de la Fama con sede en Cleveland: Johnny Cash, Jimmie Rodgers y Chet Atkins integran sus filas.
Otros nuevos integrantes anunciados el miércoles incluyen a Carly Simon, los Eurythmics y Judas Priest.
Los nuevos galardonados serán admitidos formalmente en una ceremonia en Los Ángeles el 5 de noviembre.