El director general de Cuerpos de Bomberos Edwin Chavarría informó que han controlado parte del incendio que afecta desde el pasado sábado a la zona protegida La Montañona en el departamento de Chalatenango.
«Hemos tenido una zona que ya se controló y hemos logrado contener y solo estamos únicamente apagando troncos que han quedado con el fin que no vaya a salir una chispa porque eso es lo más complicado cuando el viento es muy fuerte levanta la chispa y aunque nosotros hayamos terminado de extinguir la mayor parte del fuego esta salta y se reinicia», explicó Chavarría.
Hasta el momento solo trabajan en apagar las llamas de la zona norooccidente del área.
El funcionario aseguró que el siniestro fue provocado por personas que realizaban una quema en un potrero en el cerro El Mono del municipio de Las Vueltas, en preparación para la época de cultivos. Chavarría detallo que los presuntos responsables no realizaron las rondas contra incendios y no avisaron a las autoridades para las respectivas supervisiones.
El jefe de la delegación de Bomberos de este departamento detallo que tenían más de cinco años de no reportar incendios en el área protegida y más de 10 años de no presentar siniestros de tal magnitud.
En las labores de extinción trabajan un aproximado de 250 personas, entre personal de la Policía Nacional Civil, Fuerza Armada, bomberos y habitantes de los municipios de Las Vueltas, Concepción Quezaltepeque, Comalapa, La Laguna y El Carrizal.
A los trabajos se ha unido un helicóptero del ejército, el cual trasporta un promedio de ocho barriles de agua, por viaje, desde el embalse del Cerrón Grande.
«Este incendio se está apagando más rápido porque tenemos la ayuda del ejército, ya eso nos ayuda a nosotros porque a pura mano se tarda más, se quema mayor parte del bosque y no nos agotamos rápido porque esto del humo afecta», dijo Alejandro Valles, quien se trasladó de La Laguna para sumarse a las labores.
La comunidad se organiza para apagar el incendio
Rastrillos, bombas, cántaros, machetes, cumas y machetes son parte de las herramientas que los habitantes de los municipios que rondan el área afectada utilizaban para apagar las llamas.
Los habitantes cuentan que la organización inicia a través de las redes sociales y en cuestión de minutos forman las cuadrillas para sofocar llamas.
Entre los voluntarios estaba don Rafael Melgar, de 67 años, quien desde el domingo trabajaba en las labores.
El señor lamenta la situación porque se daña el bosque, se escasea el agua y posibles deslaves. «La gente que hace esto no tiene conciencia que nos afectan en todo porque el agua se acaba, cuando llueve no se retiene y se lava la tierra».
Melgar cuenta que el siniestro acabó con un nuevo reservorio de 50,000 pinos, detalla que los lugareños cuidaban desde hace tres años el área, que fue consumida en no menos de dos días.