Cristian Armando Díaz Sosa es un estudiante de 13 años del Complejo Educativo República de Brasil en San Salvador. Desde que se enteró que las clases iniciaban nuevamente en modalidad semipresencial, el niño convenció a sus padres para queue lo enviaran a la escuela porque se quería reencontrar con sus compañeros y deseaba escuchar las explicaciones de sus docentes.
«En la casa recibimos un mensaje de la escuela donde nos decían que podíamos empezar clases en las aulas. Yo me puse contento y le dije a mis papás que fuéramos a traer la ficha. Desde ese día he pasado pendiente y esperando por el inicio de clases», dijo el niño.
Durante todo el 2020, Cristian le ayudó a sus papás a vender comida. Estudiaba por las mañanas a través de la plataforma Google Classroom y con las Guías de Aprendizaje; sin embargo, su mayor deseo era regresar a las aulas.
«Trabajaba en la pandemia con mi mamá vendiendo almuerzos. Yo le ayudaba con la preparación de platos y comidas. También ayudaba a repartir la comida. Pero yo quería venir aquí a que nos expliquen las clases los maestros», comentó Cristian.
El niño dijo que ayuda con la venta de comida desde que tenía cinco años, y que, a pesar de que le gusta colaborar con sus padres, su mayor aspiración es convertirse en médico, por lo que siempre busca tener buenas calificaciones y cumplir con sus tareas.
«Creo que es importante estudiar porque cuando uno crezca, puede aspirar a ser un profesional. Yo quiero ser doctor cuando sea grande. Y por eso me gusta tanto la escuela», dijo el niño.