La pandemia por la COVID-19 ha dejado más de 6 millones de fallecidos en el mundo y cerca de 4,5 millones de contagios, indicó un recuento presentado ayer por la Universidad Johns Hopkins en Estados Unidos.
El registro fue compartido en un momento en que varios países han tomado a bien levantar las restricciones o medidas de bioseguridad como «el esencial uso de la mascarilla» para la Organización Mundial de la Salud (OMS) y en medio de aumentos provocados por la aparición de la variante ómicron, que causó estragos desde finales de diciembre. Los países argumentan avances en sus jornadas de vacunación y una estabilización en las hospitalizaciones para implementar las nuevas estrategias.
Desde el 10 de febrero, España levantó el uso de mascarilla en espacios abiertos; mientras que en California, Estados Unidos, el gobernador eliminó la medida desde el 15 de febrero, pero aclaró que solo estaba dirigida a la población inmunizada en interiores; en cambio en Nueva York, los habitantes están libres de la mascarilla, pero deben presentar un carné de vacunación en lugares públicos cerrados.
En Francia, el pase de vacunación quedará suspendido a partir del 14 de marzo al igual que el uso de mascarilla obligatorio a excepción del transporte y algunos establecimientos.
Hasta la fecha, Estados Unidos continúa siendo el país más perjudicado en el mundo, con 958, 621 muertes y 79,271,466 infecciones. Brasil se encuentra en segunda posición, con 652,143 defunciones y 29,049, 013 casos; y en tercer lugar está India, con 515,102 fallecidos y 42,967,315 contagios.
Muertes de salud en primera línea
La organización Panamericana de la Salud (OPS) informó que en dos años de pandemia han fallecidos más de 13,000 profesionales de la salud en América Latina y el Caribe.