La asombrosa disparidad fue revelada en un estudio de aproximadamente 69.000 víctimas estadounidenses de COVID-19 de entre 25 y 64 años que murieron en 2020, que fue realizado por un grupo de investigadores y publicado en abril en la revista International Journal of Environmental Research and Public Health.
Los autores del estudio descubrieron que 68 por ciento de las muertes que estudiaron se produjeron entre personas consideradas de posición socioeconómica baja, definidas como trabajadores cuya educación se detuvo en la secundaria. Por el contrario, sólo 12 por ciento de las muertes se presentaron entre personas en posiciones socioeconómicas altas, definidas como aquellas con al menos una licenciatura.
Los empleados de clase trabajadora enfrentaron «elevados riesgos de contagio», de acuerdo con un resumen del estudio, en comparación con los trabajadores mejor pagados, que eran «más propensos a tener menos riesgos de exposición, opciones para trabajar a distancia, bajas por enfermedad pagadas y mejor acceso a una atención médica de calidad», indica The Seattle Times.