Una embarcación tiburonera con unas dos toneladas de cocaína fue interceptada en aguas del Caribe por la fuerza naval de Honduras y fueron detenidos sus seis tripulantes, entre ellos cuatro colombianos, informaron las autoridades el domingo.
El portavoz de la fiscalía, Yuri Mora, dijo a la AFP que los «cuatro colombianos y los dos hondureños traían 79 fardos de cocaína, que harían un aproximado de dos toneladas».
«Este es el mayor decomiso del año», añadió el portavoz, mientras presentaba los fardos de drogas y a los detenidos en rueda de prensa en la base de la Fuerza Aérea Hondureña, en el aeropuerto Toncontín, sur de Tegucigalpa.
Los detenidos y el cargamento fueron transportados en una avioneta hacia Tegucigalpa para someterlos a los tribunales y hacer el conteo preciso de los 79 fardos.
Las Fuerzas Armadas habían dado a conocer en un comunicado que una nave pesquera, de 14 metros de eslora y con tres motores fuera de borda, fue atrapada a casi 4 km de la costa del departamento caribeño hondureño Gracias a Dios.
«Se requirieron 6 ciudadanos, 2 de ellos de nacionalidad hondureña y 4 de nacionalidad colombiana, quienes transportaban 79 fardos» de droga, anotó el comunicado.
Casi cinco toneladas de cocaína habían sido decomisadas por las autoridades hondureñas este año, hasta el 30 de noviembre.
Desde hace décadas, el departamento de Gracias a Dios, habitado por indígenas misquitos, y otras regiones de Honduras han servido para descargar aeronaves y embarcaciones con cargamentos de cocaína, rumbo al norte.
En 2017 también se empezaron a observar los primeros sembradíos de coca. Más de 3,2 millones de plantas fueron incineradas por las autoridades hondureñas en lo que va del año, cuando además destruyeron 23 narcolaboratorios e inhabilitaron con explosivos 13 pistas de aterrizaje.
Medio centenar de hondureños fueron extraditados, capturados o se entregaron voluntariamente a Estados Unidos, por tráfico de drogas, desde 2010.
La justicia estadounidense atribuyó responsabilidad en el tráfico de drogas al expresidente hondureño Juan Orlando Hernández (2014-2022), extraditado en abril a Estados Unidos.
El exmandatario hondureño arriesga una sentencia a cadena perpetua, como ocurrió con su hermano Tony en marzo de 2021.