Este 27 de octubre, el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, y el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, subscribieron un tratado de límites que define sus fronteras en el mar Caribe y en el Golfo de Fonseca, dentro del Pacífico.
«Con mucha alegría presidente Ortega y esperanza hoy los gobiernos de Honduras y Nicaragua firman el tratado Integracionista del Bicentenario que tiene como objetivo principal trazar una ruta de paz y prosperidad en nuestros pueblos», expresó el presidente hondureño.
Este hecho, calificado como «paso histórico en la integración centroamericana» por los mandatarios involucrados, fue cuestionado por el presidente de El Salvador, Nayib Bukele.
«Qué creen que estuvieran diciendo los Demócratas de la Casa Blanca?», señaló el mandatario salvadoreño.
En el acuerdo, que bautizaron como un «tratado integracionista», ambos presidentes dicen aceptar y acatar los límites establecidos entre Honduras y Nicaragua en el mar Caribe trazados por la CIJ en la sentencia del 8 de octubre de 2007.
Sin embargo, en cuanto al golfo de Fonseca -que Nicaragua, Honduras y El Salvador comparten en el océano Pacífico- los dos países establecieron sus fronteras con base en la sentencia dictada por la CIJ el 11 de septiembre de 1992, que «reconoce la presencia de una existencia tripartita en esas aguas».
«Con Honduras hemos logrado unir voluntades, pero ha habido dificultades con el Gobierno de El Salvador, por lo tanto, los invito a que se unan. Los tres países tenemos salida hacia al mar y eso hay que de limitarlo para que se acaben los conflictos», manifestó Ortega.
El golfo de Fonseca ha sido foco de conflicto entre Honduras, Nicaragua y El Salvador, sobre todo por capturas de pescadores que traspasan los límites de uno u otro país.
«¿Qué creen que estuvieran diciendo DW Español, The New York Times, Washington Post y sus medios afines, si yo hubiera firmado este mismo idéntico tratado geopolítico con Ortega?», escribió el presidente Bukele.
El tratado de límites debe ser ratificado por los congresos de Nicaragua y Honduras. Entrará en vigor en la fecha de canje de los documentos de ratificación y tras el debido registro ante la Secretaría General de las Naciones Unidas (ONU).
Esta noticia llega en un momento en que el gobierno de Juan Orlando Hernández ha sido señalado de actos de corrupción y de un mal manejo de la pandemia por la COVID-19.
Uno de los más recientes es el caso de corrupción relacionado a la compra de siete hospitales móviles o de campaña por un valor de casi $48 millones para atender a los pacientes afectados por el virus, pero, según el Ministerio Público hondureño, la adquisición se hizo de forma directa y fraudulenta.
Por otra parte, el régimen de Daniel Ortega se ha encargado de proteger a dos expresidentes de El Salvador procesados por varios delitos, uno de ellos es Salvador Sánchez Cerén, quien recibió la nacionalidad nicaragüense el pasado 28 de julio, justo después de que el Juzgado Segundo de Paz de San Salvador ordenara que se hicieran los trámites para que Interpol realizará la difusión roja en contra de Cerén, por el delito de lavado de dinero.
Además, Ortega blindó al expresidente Mauricio Funes, negando a El Salvador la petición de extradición sin ningún fundamento jurídico. A Funes se le acusa de saquear $351 millones de los fondos de Casa Presidencial.