María Thelma Lara es una salvadoreña que desde los 17 años se ha dedicado a la agricultura; sin embargo, la naturaleza también le regaló otra fuente de trabajo a pocos metros de su casa, gracias al embalse de la central hidroeléctrica 5 de Noviembre, en Chalatenango.
La chalateca ahora también se dedica a la pesca artesanal y es parte del 60 % de las mujeres de su comunidad que se han convertido en microempresarias gracias a la acuicultura, una técnica utilizada para dirigir y fomentar la reproducción de peces, moluscos y algas en agua dulce o salada.
«Para nosotros, estos embalses son una oportunidad, porque nos ayudan con el desarrollo de la comunidad. Nosotros, al sembrar alevines, sentimos alegría, porque vamos a trabajar en lo mismo, ya que de esta forma es de la que se vive aquí, de la pesca y la agricultura», dijo Lara.

El martes pasado, 350 familias de la comunidad El Dique, en Chalatenango, fueron beneficiadas con la liberación de 75,000 alevines, como una prueba piloto de la Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del Río Lempa (CEL) en sus zonas de influencia.
La institución estatal indicó que liberarán un millón de alevines en los embalses de las centrales hidroeléctricas Guajoyo, Cerrón Grande, 15 de Septiembre y 5 de Noviembre.
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Esta iniciativa busca mantener los embalses vivos y productivos, así como garantizar la seguridad alimentaria y potenciar la dinamización comercial en las comunidades afectadas por la pandemia provocada por la COVID-19.
«Este proyecto lo hemos hecho porque sabemos que, por la pandemia, la reactivación económica va a ser un poco difícil. Además, ellos fueron afectados de las tormentas Amanda y Cristóbal, por lo que se han visto en problemas de seguridad alimentaria», indicó Álex Zamora, gerente de Responsabilidad Social de la CEL.

Gregorio Ortega es otro pescador de la comunidad El Dique que fue beneficiado con la liberación de alevines. Comentó que las nueve personas de su casa viven de la pesca artesanal y que este tipo de proyectos traerá mayores ingresos para los lugareños, ya que los peces se podrán vender dentro de tres a cuatro meses.
«Nosotros somos nueve y de esto vivimos, porque acá no hay otra cosa. Hacemos milpa, del estanque sacamos el abono para alimentar las plantas y, gracias a Dios, nos han venido a dejar este pescadito, porque ya de aquí a unos meses esto va a estar ya de a libra y ya se va a poder comercializar. Ya vamos a tener más dinerito», dijo el chalateco.
La CEL indicó que, además, harán 1,000 huertos en todos los embalses y entregarán gallinas ponedoras y pollos de engorde, con el fin de seguir reactivando la economía de la zona.