Cuscatancingo: Desde el penal de Mariona se robaron la paz de muchos salvadoreños. Ahora su control está en manos del Gobierno.
La población de Cuscatancingo pasó por varios años durmiendo con un enemigo que controlaba todo el centro penitenciario, desde el que se aprobaban los asesinatos de miles de salvadoreños inocentes.
Situado en el cantón San Luis Mariona, de Cuscatancingo, el centro penitenciario La Esperanza se erguía como un monstruo que todo lo veía y controlaba.
Varios cabecillas de las pandillas estuvieron recluidos en esta cárcel, popularmente conocida como penal de Mariona, y desde ahí, con el beneplácito o la desidia de las autoridades penitenciarias del pasado ordenaron asesinar, extorsionar, secuestrar y ejecutar cualquier delito.
El penal La Esperanza provocaba zozobra a los habitantes del municipio de Cuscatancingo y fue el origen de disputas territoriales en los barrios, las colonias y los cantones de la zona.
Al llegar al Ejecutivo, el presidente Nayib Bukele comenzó la ardua y titánica tarea de desarticular las estructuras delictivas que las pandillas habían enquistado, que incluía a los centros penitenciarios. Con requisas constantes, la eliminación de la señal de telefonía, el aumento de los controles en el ingreso de las visitas y las mejoras tecnológicas, las pandillas perdieron el control del penal de Mariona.
Ahora, con el Plan Cero Ocio los reos comunes han comenzado a rehabilitarse para reinsertarse en la sociedad.
Además, con el despliegue táctico de las fuerzas de seguridad en el marco del Plan Control Territorial y del régimen de excepción se han capturado a los pandilleros que atemorizaban a la población.
Cuscatancingo comienza a prosperar y a respirar la paz que por muchos años no tuvo, que era arrebatada desde un centro penitenciario que los gobiernos anteriores entregaron a las pandillas.
Nejapa: El tiempo de masacres y asesinatos de inocentes en Nejapa es del pasado. Ahora es uno de los municipios donde se ejecuta el programa Jóvenes Construyendo Futuro, con cooperación mexicana.
Cien jóvenes nejapenses reciben formación profesional gracias a un acuerdo de cooperación entre el Gobierno de El Salvador y el de México. Residen en un municipio ubicado al norte del departamento de San Salvador, siendo uno de los que sufrieron la violencia que por más de dos décadas generaron las pandillas en El Salvador.
En enero de 2019, en el ocaso de la última administración presidencial del FMLN, Nejapa volvió a vivir el luto que los terroristas dejaban a su paso. Tres personas que trabajaban en el proceso de extracción de carbón fueron abatidas en una carbonera ubicada en el cantón San Jerónimo Los Planes, de la referida localidad.
Las investigaciones de la Policía Nacional Civil establecieron que el múltiple asesinato fue ejecutado por integrantes activos de la pandilla MS-13.
Pero con la llegada del presidente Nayib Bukele al Ejecutivo se dio un giro a las políticas públicas relacionadas con la seguridad ciudadana y el combate frontal a las pandillas. El Plan Control Territorial llegó a Nejapa y recientemente se sumó el régimen de excepción, llevando tranquilidad a los hogares nejapenses.
El municipio de Nejapa es ahora uno de los beneficiados con el programa que el Gobierno de México auspicia en El Salvador: Jóvenes Construyendo Futuro.
Un centenar se ha capacitado en diferentes habilidades personales y profesionales para incorporarse al campo laboral.
La alcaldía de Nejapa, encabezada por Jorge Escamilla, del partido Nuevas Ideas, ha brindado una contraparte al proceso de formación de la juventud.
«Nuestra juventud merece oportunidades. Las pandillas en Nejapa tenían atrapados a los jóvenes, no había oportunidades de estudiar o trabajar», recordó el jefe municipal.
La segunda fase del plan de apoyo juvenil, que fue anunciada por el mismo mandatario Andrés Manuel López Obrador en su visita a nuestro país, beneficiará a más jóvenes que desean superarse y tener mejores oportunidades.
El Gobierno del presidente Nayib Bukele, además, entrega una contraparte para completar el financiamiento de la formación para los jóvenes.
Nejapa también cuenta con un atractivo turístico que, gracias a la drástica reducción del accionar de las pandillas, también se potenciará: las bolas de fuego, una mezcla de adrenalina, folklore y tradiciones religiosas. Sin duda, otra realidad se vive al norte de San Salvador.