Los Acuerdos de Paz ya cumplieron el papel para el que fueron creados, es decir, para fortalecer el régimen político y no el económico que, al final, fue el que prevaleció con el neoliberalismo y el que sepultó los históricos acuerdos, aseguró Dagoberto Gutiérrez, excomandante del FMLN, analista político y académico.
Gutiérrez dijo a «Diario El Salvador» que la actividad con la que se conmemora la firma de los Acuerdos de Paz solo es para la Asamblea Legislativa y los partidos, porque los avances políticos no se correspondieron con la política económica.
«Este fue el quiebre, porque estos avances políticos fueron para crearle la cuna al neoliberalismo, que convierte todo en mercancía, incluido el hombre», explicó el académico. Gutiérrez lamentó que los avances que se obtuvieron con los Acuerdos de Paz fueron acompañados de un retroceso económico, donde todo se compra y todo se vende.
Agregó: «Lo político y lo económico chocaron, y lo económico se comió a lo político, [por eso] esto como documento ya cumplió con su papel; pero [los acuerdos] son desconocidos,
el pueblo no los conoce». El analista aseguró que fue la oligarquía la que sepultó los Acuerdos de Paz, cuya base fue la negociación.
Sin embargo, «ese mecanismo fue entendido por ese grupo de poder como una humillación, porque ellos jamás habían tenido la necesidad de negociar con nadie, y hoy sí.
Desaparecieron los Acuerdos de Paz de todo, excepto el día 16. Siempre se hizo un acto, se celebraba y al día siguiente desaparecía», expresó.
Gutiérrez se refirió a sus declaraciones en una entrevista televisiva el 8 de noviembre de 2019, cuando dijo que la guerra civil terminó en negociaciones secretas con la oligarquía, en las que acordaban que unos se harían funcionarios a cargo del gobierno, mientras otros se encargarían del Estado.
«Ellos estaban explicando la esencia del poder, estaban diciendo que el gobernante es el que administra, pero los dueños del negocio son ellos, y el negocio se llama Estado. Estaban fijando las reglas del juego y eso se aceptó», dijo.
Asimismo, se refirió al Foro para la Concertación Económica y Social, parte de los Acuerdos de Paz, que no entró en la negociación del orden económico de la Constitución, porque la oligarquía dijo que para eso se necesitarían 20 años más de guerra.
El foro económico, en el que no participó el FMLN, estableció que los empresarios iban a discutir con los trabajadores todos los problemas relacionados con sindicatos, salarios y otros derechos, recordó el académico.
«De hecho, los empresarios no llegaron a ninguna reunión. Esa estructura oligárquica no estaba de acuerdo con negociar nada, menos en lo que tiene que ver con su economía, por eso fracasó el foro de concertación económico social», explicó.
Es así como los Acuerdos de Paz no significaron nada para la vida cotidiana de la población en cuanto a su alimentación, el trabajo y la salud. Solo fueron para establecer el régimen político que abrió el camino al gobierno a la antigua guerrilla, reflexionó.
CONMEMORAR A LAS VÍCTIMAS
El académico también opinó sobre el decreto ejecutivo en el que el presidente de la república, Nayib Bukele, declaró que el 16 de enero, aniversario de la firma de los Acuerdos de Paz, sea el Día de las Víctimas del Conflicto Armado. Según Dagoberto Gutiérrez, en el país siempre se ha ignorado a las víctimas.
Añadió que la orden jesuita ha hecho un gran trabajo en cuanto a las víctimas, y lo sigue haciendo. Pero indicó: «La estructura económica y social del país impide que las víctimas sean atendidas, porque para el neoliberalismo no hay víctimas».
Para ello, ejemplificó el trato que se le da a los excombatientes de ambos bandos, quienes fueron abandonados durante los 30 años en los que gobernaron ARENA y el FMLN.
Otro de los aspectos que abordó fue el reclamo que hizo la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a la Asamblea Legislativa sobre la falta de una ley de reconciliación. De acuerdo con Dagoberto Gutiérrez, el Órgano Legislativo no lo ha hecho porque «olvidaron cómo llegar al corazón de la gente, porque el neoliberalismo, que es lo que han aplicado todos los partidos, anula a la persona y la convierte en un consumidor».