Legisladores demócratas y republicanos dieron a conocer el jueves una resolución bipartidista donde reafirman su apoyo al «movimiento Pro-Democracia en Cuba» y exigen que el «régimen cubano rinda cuentas por la respuesta violenta» contra los manifestantes que protagonizaron las protestas masivas en Cuba.
De acuerdo con una nota de prensa emitida por el Congreso, la medida de carácter bicameral y bipartita fue firmada por un total de 24 senadores y representantes de la Cámara Baja.
La resolución se da luego de crecientes denuncias, por parte de grupos independientes de la sociedad civil cubana, de que cientos de manifestantes pacíficos han sido arrestados, detenidos o desaparecidos.
Además, pone de manifiesto cómo las autoridades cubanas usan los apagones generalizados de internet y los allanamientos residenciales para sofocar cualquier movimiento por parte de la población de expresar su desacuerdo.
El documento condena los ataques violentos desde el régimen hacia miles de ciudadanos que han salido a las calles, en los últimos días, para pedir pacíficamente que se les respeten los derechos humanos más básicos y exigir el fin de la dictadura en la Isla.
Según el senador Bob Menéndez, presidente del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara Alta, la resolución representa un compromiso por parte de los legisladores estadounidenses de no ignorar el sufrimiento y la subyugación del pueblo cubano en su búsqueda de la prosperidad y libertad.
Por su parte el senador republicano por Florida, Marco Rubio reafirmó que «el Senado de Estados Unidos debe enviar un fuerte mensaje bipartidista de que estamos unidos contra el régimen comunista en Cuba, que está reprimiendo violentamente las protestas pacíficas y censurando las voces del pueblo cubano».
Rubio recalcó en su discurso que la Administración Biden debe actuar para brindar acceso irrestricto a Internet a los habitantes de la isla, así como comenzar a movilizar a la comunidad internacional en su nombre.
Algo con lo que coincidió la representante demócrata Debbie Wasserman Schultz, quien agregó que uno de los mensajes más poderosos que EE. UU. puede enviar en este momento es dejar de lado «las diferencias partidistas» y no callar ante lo que está pasando en Cuba.