Denis Pineda pasó casi medio año sin jugar, luego del brote de coronavirus a escala mundial. Tuvo que finiquitar con el Estoril, de segunda división de Portugal y luego esperar otra oferta de trabajo, desde marzo de este año. La propuesta llegó para Pineda desde Ecuador, en las filas del Técnico Universitario, de la primera división. Hace dos semanas llegó a Ambato, ciudad con más de 2,000 metros de altura sobre el nivel del mar. Esperó por su transferencia internacional, que al final llegó al cierre de la semana pasada. Fue habilitado desde el viernes y tuvo 20 minutos en cancha, el sábado pasado contra Delfín. Por ahora, el salvadoreño se ha metido entre ceja y ceja con la idea de llevar a «el Rodillo» a los torneos internacionales en Suramérica, aparte de querer ser protagonista con el conjunto de Ambato. Lo encarador y desequilibrante se quedó con Pineda, pese a la pandemia. Se autodenomina un descarado del fútbol por ir siempre hacia adelante. Desde Ambato, el salvadoreño habló en exclusiva con Diario El Salvador.
¿Cómo se sintió en su debut con el club ecuatoriano, Técnico Universitario?
Me tuve que adaptar rápido a la altura. Se ha hecho mucho trabajo extra para tener la caja al 100 por ciento. Quiero estar bien en los partidos, para que no me pese la altura ni el nivel de juego que se maneja acá. De a poco vamos tomando la idea del profesor, que nos da la oportunidad de trabajar. Gracias a Dios podemos volver a las competiciones.
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Hubo varias ofertas de trabajo para usted antes de venir a jugar acá ¿Cree que la de Técnico Universitario fue la mejor?
Desde que se abre la opción para venir acá, uno viene investigando la liga. Te vas informando de los jugadores que hay y cómo se maneja el fútbol en este país. Yo sabía que esta liga tiene jugadores fuertes, rápidos. Uno se prepara para eso. Pude debutar, gracias a Dios, el sábado. Nuestro sale a proponer , a buscar la victoria y a salir de este bache en el que hemos caído con el equipo en la liga
¿Inside mucho el tema de la altura en la ciudad donde está usted, Ambato?
Cuando me dijeron de la altura de acá, yo pensé en eso. Pero creo que es más mental. Se siente, te cuesta un poco más respirar, pero es con trabajo extra que puedes abrir los pulmones o la caja como le decimos nosotros. He tenido que trabajar antes y después de entrenos para ponernos a punto. Gracias a Dios, el debut no me pasó factura nada, pero hay que seguir trabajando, para poder seguir adaptándonos.
¿Qué es lo que le ha pedido en cancha a usted el timonel colombiano, José «Cheché» Hernández?
El profesor ya tenía una idea de mi estilo de juego. Desde que llegué he tenido la oportunidad de platicar muchas veces con él. Me ha dado indicaciones del tipo de jueo o de la idea que él quiere. Vengo de un fútbol táctico como el portugués. Ahora que llego acá no se me complica mucho por las bases que traigo de Portugal. Pero me ha dado la confianza de hacer lo que yo sé hacer, que es encarar, ser atrevido, darle para adelante. Me ha dado libertad para poder elegir las jugadas. Estoy muy agradecido con el recibimiento que he tenido de parte de él.
¿Cómo valora Denis Pineda pasar del balompié portugués al ecuatoriano?
Uno, antes de salir de un país a otro, analiza todo el panorama. Se llega a la conclusión de que , tras el análisis de todas las opciones, esta es la mejor en lo futbolístico. Este es un club que está peleando por llegar a torneos internacionales. Ahora este club está peleando por alcanzar objetivos mayores en comparación de la temporada pasada. Uno, como jugador, si no tiene esa ambición, está muerto y a mí esa ambición me decía vamos ya a buscar ese torneo internacional. Estamos buscando con este equipo llegar a Copa Libertadores o Sudamericana. Estamos ahí en la pelea, faltan muchos partidos aún. Lo vamos a ir a buscar. Vamos a hacer todo para poder clasificar a ese torneo. Ya después se verá si continúo. Tengo contrato hasta junio. Es una muy buena opción quedarme acá con miras a torneos internacionales. La ambición ha sido una parte importante y fundamental para tomar la decisión de venirme acá. En los últimos tiempos, en Portugal, no se me daba la oportunidad de jugar y acá se me da. Por eso te digo que la ambición está muy fuerte para venir a buscar los resultados, sobre todo en los torneos internacionales.
¿Era complicado para usted tener minutos en Portugal ahora?
Por ahí, si te diste cuenta, en la primera temporada siempre estuve jugando. Había interés por mí en clubes de mayor jerarquía en el fútbol portugués. Luego llegaron las lesiones y mientras estuve lesionado mis compañeros lo estaban haciendo bien. Son procesos que uno como jugador pasa. Se ha trabajado mucho para poder estar bien. En los entrenos se ha trabajado mucho. Espero estar a la altura del nivel que exige la liga ecuatoriana y, bueno, confío en Dios no tener molestia ni lesión, para poder hacer lo que yo sé hacer, que es jugar al fútbol.
¿No le quita la mira a un regreso a la selección mayor en las próximas convocatorias?
Yo siempre lo he dicho, que en la selección está en mejor nivel. En los últimos tiempos, por lesiones y falta de minutos, no se me ha tomado en cuenta y hay compañeros que lo estaban haciendo mejor y uno respeta las decisiones del técnico. Vamos a ver a futuro cómo está el panorama para volver a la selección. Vamos a analizarlo, para ver qué dice mi trabajo y luego el profesor.
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¿No lo afectó el parón de un poco más de seis meses por la pandemia?
Yo sabía que se iba a venir un momento difícil para el fútbol. Pero cuando volví y debuté con mi nuevo equipo, me sentí muy bien. Ahora, la afición no puede ir a los estadios, pero recibo muchos mensajes de afición de «el Rodillo» (mote que recibe Técnico Universitario). Todos me han recibido bien, la prensa, el profesor Cheché Hernández y la afición. Hay que devolver esa confianza, jugando bien al fútbol. La verdad es que me he sentido muy bien y gracias a Dios he retomado el nivel.
¿Cómo se siente con la camisa de «el Rodillo», que es blanca y roja?
Bien. Son sensaciones de felicidad para mí, porque sabía que iba a volver a competir. Uno, como jugador ambicioso, se llena de alegría al estar en la cancha, poder tener la pelota para encarar. Yo siempre digo que soy un descarado, porque siempre voy para el frente. Estoy feliz acá y espero terminar bien el torneo. Espero poder disputar torneos internacionales con «el Rodillo».
Se autodenomina como descarado desde lo futbolístico…
Claro. Siempre he dicho que fuera de la cancha soy una persona a la que le gusta su espacio, pero ya estando dentro del campo me gusta ofender al rival. Me gusta ir para el frente, uno contra uno, dos contra uno. A veces salen las jugadas , a veces no. Pero mi posición pide que yo sea descarado y no tengo ningún problema en ser descarado en el fútbol, me gusta serlo.