Debo establecer que la tasa de homicidios de un país no implica el nivel, grado o miedo a la inseguridad de una sociedad. Es, sin ninguna duda, la reina de las tasas y estadísticas en el mundo, y hace referencia al principal indicador para medir la violencia homicida, ya que los Estados tienen la obligación y la responsabilidad de salvaguardar la vida de sus ciudadanos. Tiene implicaciones económicas, sociales, políticas y emocionales en una nación, ya que el nivel de credibilidad de los homicidios es un indicador real debido a los cuerpos. Una situación que no tienen otros hechos delictivos.
Matar, asesinar o masacrar ha sido el delito más fácil de cometer en El Salvador en el presente siglo. Incluso para miembros de estructuras criminales en el país se ha convertido en un oficio. Ha sido tanto el descaro que, cuando los capturan, dicen que son «gatilleros», haciendo alusión a su modo de vida. El crimen organizado, desde hace varios años, como ritual de iniciación y aceptación, le pide al «aspirante» que inicie su carrera criminal desde lo más alto, asesinando o siendo un cómplice necesario. Se puede imaginar el descaro que incluso en el lugar donde viven y sus alrededores todos saben que se dedica a matar por encargo, hasta dicen «él es sicario».
El delito de homicidio en El Salvador en el presente siglo ha oscilado con un nivel de aproximadamente el 97 % de impunidad; por eso muchos se han dedicado a este oficio maldito. Primero, por la falta de voluntad política para prevenir, capturar y sancionar. Porque capturar no es suficiente sin evidencia técnica pericial forense, y muchos no superaron la fase de instrucción. Nos acostumbramos a las famosas redadas y a las presentaciones, pero muchos quedaron libres en la audiencia inicial.
Con la implementación del Plan Control Territorial (PCT), nadie ha prestado atención a la labor extraordinaria de la Policía Nacional Civil (PNC), guiada con inteligencia por el director general, Mauricio Arriaza Chicas, y su equipo de comisionados, para el que el análisis de datos y la inteligencia criminal han sido esenciales. Trabajo invisibilizado por los detractores y adversarios de la PNC desde el segundo semestre de 2019, pero que ha ayudado y aportado significativamente a la disminución sostenida de homicidios en El Salvador.
Con la llegada del ministro de Justicia y Seguridad, Gustavo Villatoro, el pasado marzo de 2021, las técnicas de investigación criminal se reforzaron, se fortalecieron y se mejoraron, con el aporte de su experiencia como exfiscal específico contra el crimen organizado. Desde el ministerio se acompaña el trabajo de la PNC con logística, recursos, compras, asignaciones, herramientas tecnológicas y operativas, y el apoyo al personal de unidades especializadas. El Comando de Coordinación Interinstitucional se ha enfocado en objetivos de interés policial, en especial de personas con órdenes de captura activa por homicidio.
Entre los 1,395 detenidos hay intimados y en proceso judicial dentro de las categorías de homicidios: agravado (745), grado de tentativa (199), homicidio (165), tentado (120), proposición y conspiración (79), agravado en grado de tentativa (79), doloso (5), inducción o ayuda al suicidio (1), agravado en grado de instigador (1) y agravado en grado de complicidad (1).
Son 1,395 criminales que se encontraban libres, operando, armados y con órdenes activas de captura, todas por delitos graves. Es una estrategia y planificación que han generado resultados en las cifras de la violencia homicida gracias al trabajo especializado de investigación de la PNC y su talento humano.
La impunidad en el delito de homicidio ha comenzado a derrotarse gracias a la voluntad y la disposición de las autoridades. ¿Qué pueden pensar los homicidas cuando observan las capturas de dirigentes políticos y exfuncionarios de las décadas anteriores que antes eran intocables? Sin lugar a duda, afecta su psiquis por muy homicidas que hayan sido. El Plan Control Territorial presenta evidencia e indicadores en todos los delitos de alto impacto, pero en la violencia homicida hay buenas noticias, ya que la tendencia a la baja es innegable. Hasta el 12 de agosto de 2021, el total de homicidios era menor que en el mismo período de 2020, cuando estábamos en confinamiento. Cada una de las fases del PCT y de sus acciones han logrado y contribuido a estos avances importantes. Estamos en el rumbo correcto.