Cercado por las investigaciones y en exilio en Abu Dabi, el rey emérito español Juan Carlos I saldó una deuda fiscal de 5 millones de dólares, según informó este viernes su abogado, en una operación destinada a evitar un proceso judicial, pero que erosiona más la imagen de la monarquía.
Adelantado la noche del jueves por el diario El País, este pago de unos 4.4 millones de euros al fisco español busca liquidar impuestos atrasados por vuelos en jets privados por un valor, según la prensa de $9.7 millones que le fueron pagados al ex jefe de Estado por una fundación con sede en Liechtenstein perteneciente a uno de sus primos.
«Siento el mismo rechazo que la mayoría de la ciudadanía españoles frente a estas conductas incívicas que estamos conociendo», reaccionó con palabras inusualmente duras el presidente del gobierno, el socialista Pedro Sánchez, en rueda de prensa
De todas maneras, el líder socialista dejó claro que lo que «se cuestiona» es «el comportamiento de una persona» y no de la Corona como institución, asegurando que el actual rey, Felipe VI, tiene «todo [su] apoyo».
Mientras tanto, Felipe VI ha marcado distancia con su padre; en marzo pasado, renunció a su herencia y le retiró su asignación anual de unos $235,000 dólares.
La de esta semana es la segunda regularización fiscal del rey emérito, de 83 años. En diciembre, pagó $820,000 en un caso relativo a una investigación anticorrupción vinculada al uso por el antiguo monarca de tarjetas de crédito pagadas por cuentas a nombre de un empresario mexicano y un coronel del ejército del aire español.
La justicia busca determinar si Juan Carlos incurrió en blanqueo, lo que habría hecho además después de 2014, fecha a partir de la cual perdió su inmunidad como jefe de Estado al haber abdicado.
Poniéndose al día con el fisco, Juan Carlos de Borbón busca evitar procesos judiciales. Pero la justicia, que debe determinar el origen de los fondos usados en la regularización, no se ha pronunciado todavía.