Este año se cumplen 500 de la conquista y 200 de abolición de la esclavitud, fundación del Estado de El Salvador y promulgación de su primera constitución.
Empecemos con la conquista del territorio que actualmente es El Salvador en 1524, año en que inició el proceso de conquista y colonización. La conquista fue liderada por Pedro de Alvarado, quien había sido enviado por Hernán Cortés desde México. La llegada de los españoles trajo un cambio drástico en la vida y cultura indígenas.
Para 1524 el actual territorio de El Salvador estaba habitado por varios grupos indígenas, entre ellos, los pipiles, un grupo de origen náhuatl. Los pipiles se establecieron en el territorio conocido como Cuscatlán, que significa ‘lugar de joyas’. Este era un territorio próspero y bien organizado, con una economía basada en la agricultura y el comercio. La sociedad pipil estaba jerárquicamente estructurada, con un cacique y contaba con religión y cultura complejas.
Pedro de Alvarado, conocido por su crueldad y eficacia militar, comenzó su expedición hacia Cuscatlán en junio de 1524, con un ejército compuesto por soldados españoles y aliados indígenas de México (tlaxcaltecas). Su misión era someter a los pipiles y reclamar el territorio para la Corona española. La expedición se enfrentó a una resistencia feroz por parte de los pipiles, quienes estaban decididos a defender su tierra y su libertad. A pesar de su valentía, los pipiles no pudieron igualar la ventaja de los españoles, que contaban con caballos, armas de fuego y armaduras.
La primera gran batalla tuvo lugar en Acajutla (8 de junio de 1524), donde los pipiles intentaron detener el avance español. La batalla fue brutal y sangrienta. A pesar de la tenaz resistencia de los pipiles, las fuerzas de Alvarado lograron imponerse, en parte debido a las tácticas militares superiores y al uso de la caballería, que causó pánico entre los defensores indígenas. Tras esta victoria, Alvarado continuó su marcha hacia Cuscatlán.
Hagamos un salto en el tiempo de 300 años. Después, luego de la independencia de Centroamérica el 15 de septiembre de 1821, se da la fundación del Estado de El Salvador en 1824, así entonces la historia de la fundación del Estado de El Salvador en 1824 se sitúa en el contexto de la independencia de Centroamérica del dominio español y del imperio mexicano.
Tras la caída y el colapso del imperio mexicano en 1823, las provincias centroamericanas optaron por formar una federación. En 1823 se creó la Asamblea Nacional Constituyente de Centroamérica, que condujo a la fundación de las Provincias Unidas del Centro de América. El Salvador se convirtió en uno de los Estados miembros de esta federación.
El 12 de junio de 1824, El Salvador proclamó su primera constitución, estableciendo así oficialmente el Estado de El Salvador dentro de la Federación Centroamericana. La Constitución de 1824 fue un documento fundamental que definió la estructura política del nuevo Estado, garantizando derechos individuales y estableciendo un gobierno republicano.
La Constitución de 1824 estableció un sistema de gobierno basado en los principios republicanos y democráticos. Se dividió el poder en tres ramas: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, cada una con funciones y responsabilidades. Esta constitución también incluyó disposiciones sobre ciudadanía, derechos civiles y libertades individuales, marcando un avance significativo hacia la construcción de un Estado moderno.
La fundación del Estado de El Salvador no estuvo exenta de desafíos. Las tensiones entre los diferentes Estados miembros de la federación y los conflictos internos sobre la dirección política y económica del país presentaron obstáculos significativos. A pesar de estos desafíos, la creación de la Constitución de 1824 sentó las bases para el desarrollo político y social de El Salvador. En ese sentido, la fundación del Estado de El Salvador en 1824 fue un hito importante en la historia del país.
A través de la promulgación de su primera constitución y la incorporación en la Federación Centroamericana, El Salvador inició un camino hacia la construcción de un Estado soberano y democrático. A pesar de los desafíos iniciales, estos eventos marcaron el comienzo de una nueva era en la historia salvadoreña, estableciendo las bases para su desarrollo político y social.
Otro punto importante en la historia del país es la abolición de la esclavitud en El Salvador. Ocurrió en el marco de la creación de la República Federal de Centroamérica. Así, en diciembre de 1823, la Asamblea Constituyente de las Provincias Unidas del Centro de América promulgó un decreto que abolía la esclavitud en todos los Estados miembros de la federación, incluyendo El Salvador. Esta medida fue formalmente adoptada en 1824, año en que se ratificaron las constituciones de los Estados miembros.
La abolición de la esclavitud en El Salvador en 1824 es un evento histórico significativo que destaca los esfuerzos del país por promover la libertad y la igualdad tras su independencia. Esta medida no solo marcó un cambio importante en la vida de los esclavos, sino que también reflejó los ideales progresistas de la época, contribuyendo a la construcción de una nueva nación basada en principios de justicia y derechos humanos.
Volvemos a hacer un salto de tiempo de 200 años, esta vez vemos un El Salvador que en 2024 ha hecho historia positiva que ya quedó escrita y será leída en los libros de historia de las futuras generaciones. Esta historia está siendo construida por la presidencia de Nayib Bukele. Él, desde 2019, ha estado en el poder como presidente de El Salvador. Su Gobierno ha sido notable por sus enfoques innovadores en seguridad, economía y tecnología, y él volvió a ganar las elecciones presidenciales, permitiéndole seguir un segundo mandato presidencial.
Uno de los aspectos más destacados de la administración de Bukele ha sido su política de seguridad, denominada Plan Control Territorial. Esta iniciativa ha tenido como objetivo reducir las tasas de criminalidad y violencia que históricamente habían sido altas en el país debido a la actividad de pandillas como la MS-13 y la Barrio 18.
Por último, en lo económico, es el primer país del mundo en adoptar el bitcóin como moneda de curso legal, atrayendo a inversionistas.