Con un altavoz, un militar dirige a unos 100 rescatistas que buscan entre escombros en Las Tejerías, a unos 52 km de Caracas y golpeado el sábado por este deslizamiento que se produce en medio de una atípica temporada de lluvias, agravada por el fenómeno de La Niña, ondas tropicales y los coletazos del huracán Julia.
Es el peor desastre natural de Venezuela en décadas. La crecida del río, de hasta seis metros en las estructuras más cercanas al cauce, arrastró automóviles, porciones de viviendas y las antenas telefónicas. Tampoco hay electricidad.
«Tejerías nunca volverá a ser la misma, nosotros nos vamos porque recuperar esto es imposible», afirmó el comerciante Isaac Castillo, de 45 años, afligido por los destrozos causados.
«El pueblo se perdió, se perdió Las Tejerías», expresó Carmen Meléndez, de 55 años, que esperaba noticias de Margot Silva, una familiar que reportaron como desaparecida.
El último balance oficial es de 25 muertos y 52 desaparecidos.
«Seguimos la búsqueda», repite un rescatista que participa en las labores de exploración desde el sábado, cuando una fuerte lluvia cayó sobre esta localidad bordeada por montañas y donde habitan 54,000 personas.
Los vecinos apoyan desesperados las labores de rescate, junto con las autoridades, cuerpos militares y policiales, usando picos, palas o lo que encuentren, constató la AFP en el lugar. Los trabajos no pararon durante la noche, con luces, perros y drones.
Los bomberos usan motosierras para abrirse paso entre los gigantescos árboles caídos.
«Estamos trabajando allí para garantizar que podamos encontrar a las personas que aún permanecen desaparecidas, esa es nuestra tarea principal ahorita y debemos enfocarnos allí», expresó el ministro de Interior, Remigio Ceballos, dirigiéndose en la noche a los funcionarios en la zona.
«Apenas esto comienza», finaliza el mensaje, publicado en redes sociales.
Otras 13 personas murieron en diferentes regiones del país también como consecuencia de esta temporada de lluvias.