Este 8 de marzo se conmemora, no es para celebrar el Día Internacional de la Mujer y esta fecha debe contener una profunda reflexión para cada Estado con enfoque de derechos humanos, victimológico y criminológico. En el caso de El Salvador, es una fecha propicia para revisar un año más esa fatídica lista de chequeo sin cumplir, ya que la activación política de la palabra «feminicidio» no fue en 2012, sino que se generó entre abril y mayo de 2018, logró la activación de las instituciones y muchas de estas presentan avances importantes, pero es insuficiente ante siglos de expresiones de violencia contra la mujer salvadoreña, de discriminación y de desigualdad. A continuación presento algunos aspectos para reflexionar este día en El Salvador.
– Se registraron 129 asesinatos de mujeres durante 2020, lo que representa 0.4 mujeres asesinadas a diario en nuestro país; en relación con 2019, existe una reducción de -101 víctimas. Del total de asesinatos registrados en 2020, 9.8 fueron mujeres. Por departamentos, San Salvador registra el mayor número de asesinatos, seguido de Ahuachapán, San Miguel, Santa Ana, Usulután y La Paz. El departamento de Morazán fue el único donde no se asesinaron mujeres el año anterior. Los departamentos de San Salvador, Ahuachapán y San Miguel aportan el 55 % de los asesinatos de mujeres, lo cual debería generar políticas de prevención en tres departamentos donde se concentra la mayoría de los asesinatos, delitos y expresiones de violencia. Se asesinó a menos mujeres en 2020, pero la violencia feminicida estructural se mantuvo en la sociedad salvadoreña.
– Privaciones de libertad y desapariciones forzadas de mujeres, que por lo general son el paso previo a los asesinatos, y que en un buen porcentaje se atribuyen a las pandillas y al crimen organizado.
– Desarrollar una política de prevención integral para todo tipo de expresiones de violencia, desigualdad y discriminación contra niñas, adolescentes y mujeres, desde la primera infancia; el factor de educación es vital, así como trabajar en la familia que es donde deberían estar más seguras, pero no es así.
– Continuar el trabajo de fortalecimiento de unidades de género en los tres órganos del Estado, autónomas y semiautónomas, alcaldías municipales; y de igual forma en el sector privado, en donde los departamentos de capital humano deben contribuir con la sensibilización, formación, asistencia y asesoría para direccionar a los facultados.
– Los medios de comunicación –prensa escrita, radio, televisión, medios digitales– tienen un gran poder de penetración para difundir mensajes, campañas, cadenas nacionales; pero no solo este día debe ser permanente, acá es necesaria una verdadera responsabilidad social empresarial.
• Sin la transformación de nosotros los hombres no habrá cambios significativos en la sociedad, y un año más no es una lucha y esfuerzo solo de las mujeres.
Las mujeres salvadoreñas son de gran bendición y apoyo para El Salvador, representan al menos el 54 % de la población, que en esta fecha de conmemoración desde esta columna es mi aspiración que todos los hombres podamos reflexionar sobre la necesidad de nuevos procesos de masculinidad para erradicar el machismo y las relaciones de poder, y que lo hagamos tanto en lo individual y colectivo en simultáneo, ya que los datos y las estadísticas ponen en evidencia que la violencia contra las niñas, adolescentes y mujeres es una prolongación de una sociedad violenta que necesita una cultura de paz, respeto y amor hacia el prójimo.