Cada 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer y en nuestro país además es el día nacional de la mujer salvadoreña. Este año el sistema de Naciones Unidas ha escogido el tema «Igualdad de género hoy para un mañana sostenible», en reconocimiento a la gran contribución de las mujeres y las niñas de todo el mundo que están liderando los esfuerzos de respuesta, mitigación y adaptación al cambio climático para construir un futuro más sostenible para todas las personas. Potenciar la igualdad de género en el contexto de la crisis climática y la reducción del riesgo de desastres es uno de los mayores desafíos mundiales del siglo XXI.
Las mujeres son la mayoría de la población mundial y en El Salvador, por lo que toda sociedad debería aprovechar el gran liderazgo y potencial de las mujeres para lograr avances significativos en los objetivos de desarrollo sostenible.
La mujer salvadoreña es admirable ya que históricamente estuvo relegada en nuestra sociedad. Hay grandes logros y avances debido al legado de grandes mujeres en nuestro país que decidieron no continuar creyendo que los hombres y nuestra sociedad machistas trataban de mantenerlas aisladas.
La batalla legal jurídica se logró por medio de la Ley Especial Integral para una Vida Libre de Violencia para la Mujer (LEIV) y la Ley de Igualdad, Equidad y Erradicación de la Discriminación contra las Mujeres (LIE), con un gran esfuerzo y apoyo de equipos multi e interdisciplinarios de mujeres en El Salvador que contaron con el apoyo de grandes mujeres con una gran formación, experiencia, vivencia, técnica y experticia que recopiló casi 50 años de esfuerzos y batallas jurídicas y de estigmatización, pero sobre todo la LEIV ha permitido que la mujer salvadoreña pueda invocarla para hacer valer sus derechos a una vida libre de violencia en El Salvador. En esta nueva década, es mi opinión y recomendación que se desarrolle un estudio integral y una actualización de estas porque, sin ninguna duda, quedaron vacíos, delitos no incorporados, penas y sanciones que no se consideraron, además de la maldad y la saña con las que muchos hombres continúan asesinándolas por su condición de ser mujer, y con la proliferación de las redes sociales, delitos informáticos, multiplataformas y otras tecnologías de la información por medio del internet, es indispensable esta revisión.
Durante 2020 y 2021, los asesinatos de mujeres en El Salvador disminuyeron considerablemente, el promedio diario de asesinatos de mujeres en ambos años es de 0.4, pero la violencia y las expresiones de violencia contra la mujer salvadoreña son estructurales e históricas, por lo que los esfuerzos de la PNC y la FGR por combatir, reprimir, capturar y condenar a los feminicidas no son suficientes ni sostenibles, si no existe una transformación educativa de nuestra sociedad. Rompiendo y quebrando con el machismo y la masculinidad arbitraria que es aquella construcción social resultante del dominio masculino.
El machismo y esta cultura de violencia de los hombres hacia las mujeres no se combate por decreto, es un esfuerzo de educación desde la primera infancia en las familias salvadoreñas. Mujeres salvadoreñas, que Dios las bendiga por todo su extraordinario aporte a nuestro país, por ser el pilar de las familias y de las micro y pequeñas empresas en El Salvador. Tienen la bendición, la gracia y el favor de Dios.