Al menos 10 presuntos criminales murieron en dos enfrentamientos en el estado mexicano de Chiapas (sur), uno de ellos con la Guardia Nacional, informó ayer el presidente Andrés Manuel López Obrador tras la denuncia de la oenegé Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, la cual aseguró que eran 25 víctimas.
El mandatario de México desestimó la versión difundida por el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, el martes, de que una balacera entre guardias nacionales con hombres armados dejó 25 muertos, entre ellos civiles que esperaban un transporte fluvial.
«Deben ser como 10 (fallecidos). Fueron cinco de manera directa entre bandas (criminales) y cinco más con la Guardia Nacional en un enfrentamiento en un puente», dijo el presidente.
López Obrador informó que además hubo 13 detenidos, entre ellos ciudadanos de Guatemala, por tratarse de una zona limítrofe. También se decomisaron varias armas de grueso calibre.
Los hechos se registraron el fin de semana, en días separados, en el municipio de La Concordia, luego de que presuntos pistoleros de un grupo criminal invadieron el rancho de una banda rival, lo que desató una primera balacera y causó cinco muertos, detalló el mandatario en su conferencia matutina.
«Al día siguiente van refuerzos (del grupo criminal) y ahí hubo un enfrentamiento con la Guardia Nacional» con cinco fallecidos más, añadió el mandatario, quien profundizó que los elementos de la Guardia Nacional se movilizaron a petición de un grupo de constructores para que las bandas no interfirieran en sus labores.
El enfrentamiento con la militarizada Guardia Nacional se registró en las cercanías de una represa y según la denuncia del centro Fray Bartolomé, entre las víctimas habría personas que esperaban un transporte fluvial.
Pero ante la pregunta, López Obrador aseguró que las 10 víctimas estaban armadas.
Según la oenegé, una de las más reconocidas de Chiapas con 35 años de trabajo, también habría lesionados, pero el mandatario no dio mayores detalles al respecto.
La violencia ha recrudecido en Chiapas por disputas entre los cárteles Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el de Sinaloa, las dos mayores bandas criminales de México.