Jocoró arrancó el encuentro incendiario, como carbón rociado de gasolina lamió con sus llamas la potería de Alianza, pero poco a poco con Fito Zelaya y Duvier Riascos en plan de bomberos el cuadro elefante consiguió extinguir el fuego y se trajo una victoria de 2-3 desde Morazán.
Inicialmente, más que estrellarse con el dispositivo táctico y la calidad técnica que pudiera ofrecer el anfitrión, la principal dificultad de los paquidermos fueron las dimensiones del terreno de fuego.
Sin el espacio suficiente para administrar la pelota y jugar al toque que es lo suyo, y tampoco sin poder activar sus pistones: Michell Mercado por izquierda y Víctor Arboleda por derecha, Alianza se vio chato, sin ideas y cayó bajo el mejor oficio de los fogoneros que aprovechaban cada centímetro del pasto para acarrear peligro a la meta de Mario González.
Así antes de que se cumpliesen los primeros ocho minutos, Alianza ya había provocado un par de faltas en los linderos del área, y González había visto aflictivamente dos balones la pelota escabullirse sobre el horizontal.
El cántaro, no obstante, va tanto al agua que acaba por romperse. Justo al cuarto de hora en una de las tantas incursiones llegó un centro desde el corredor izquierdo prolongó Jhon Machado y apareció como bólido Nelson Alvarenga por derecha para sentenciar con un misil cruzado.
El tanto calmó las ansias de la hinchada fogonera e hizo ver en los minutos siguientes a un elefante mucho más perezoso e incapaz de reaccionar. Fue hasta que Fito Zelaya se frotó el gafete de capitán y tiro del carro que los paquidermos aligeraron el paso y le dieron vuelta al marcador.
Al 27´, el «22» dominó un balón en los linderos del área y venció a Julián Chicas, y después, en el 34´, incursionó por izquierda y con la misma pierna definió con remate cruzado para el 1-2.
La segunda diana de los capitalinos aturdió en demasía a los locales, que solo consiguieron reaccionar en los cinco minutos finales de decretar la pausa para dar por cerrado el primer acto.
En el 39´ Nelson Alvarenga la tuvo de testa, pero mandó el balón a besar el poste y en el contra remate lo contuvo Henry Romero a unos metros de la línea de gol.
La persiana para el descanso se cerró con un nuevo susto para los blancos. En esta ocasión fue Santos Guzmán quien despintó el poste, y luego caprichosamente la pelota llegó como caricia a los guantes de Mario González.
La ventaja de los albos la dejaron prácticamente en el camerino. Apenas volvían a las acciones cuando Santos Guzmán cabeceó una pelota y dejó para la foto a González. Pactado el 2-2 en el 50´, lo que vino luego una pelea bastante pareja, pero en el 67´, Duvier Riascos, sacó la manguera, anotó el 2-3, e inyectó gasolina para que se incendiara por si misma la zaga fogonera.