Doce grandes clubes europeos de fútbol oficializaron el lanzamiento de su «Superliga», una competición privada que chocará con la Liga de Campeones actual, lo que supone una declaración de guerra a la que la UEFA prometió este domingo responder con duras medidas contra esos clubes y sus jugadores.
«Doce de los clubes europeos más importantes anuncian haber cerrado un acuerdo para la creación de una nueva competición, The Super League, gobernada por sus clubes fundadores. AC Milan, Arsenal, Atlético Madrid, Chelsea, FC Barcelona, Inter Milán, Juventus, Liverpool, Manchester City, Manchester United, Real Madrid y Tottenham se han unido como clubes fundadores», se puede leer en un comunicado transmitido a la AFP.
«La temporada inaugural comenzará tan pronto como sea posible», añade el texto, sin fijar un calendario preciso.
Este proyecto, explican sus promotores, está destinado a «generar recursos suplementarios para toda las pirámide del fútbol».
«Como contrapartida por su compromiso, los clubes fundadores recibirán un pago en una vez del orden de 3.500 millones de euros (4.190 millones de dólares), destinado únicamente a inversiones en infraestructuras y a compensar el impacto de la crisis del covid-19», añade el comunicado.
Si esa cifra se confirma se trataría de ingresos muy superiores a los que los clubes obtienen de la UEFA por el conjunto de sus competiciones de clubes (Liga de Campeones, Europa League, Supercopa de Europa), que generaron 3.200 millones de euros (3.880 millones de dólares) en ingresos televisivos en la campaña 2018-2019, antes de que la pandemia afectara gravemente al mercado europeo de los derechos deportivos.
El primer presidente de The Super League es el español Florentino Pérez, presidente del Real Madrid.
«Vamos a ayudar al fútbol en todos los niveles, para llevarle a ocupar el lugar que merece. El fútbol es el único deporte global. Nuestra responsabilidad como grandes clubes es satisfacer las expectativas de los aficionados», dijo Pérez, citado en el comunicado.
Liga casi cerrada
El ‘deporte rey’ en Europa ve así su futuro convulsionado, ya que la Superliga entra en oposición con la filosofía actual de redistribución de los recursos televisivos entre la Champions y las ligas nacionales. Los clubes que promueven la nueva competición aspiran a un sistema de liga casi cerrada, comparable a los campeonatos norteamericanos de básquetbol (NBA) o de football americano (NFL).
Según sus promotores, la Superliga funcionaría con un formato de una temporada regular con 20 equipos, quince de ellos llamados «clubes fundadores», clasificados de oficio cada año, y otros cinco disfrutando de invitaciones «a través de un sistema basado en su rendimiento en la temporada anterior».
Al término de esa primera fase, que empezaría en el mes de agosto, habría unos ‘playoffs’ al final de la temporada, hasta mayo, para decidir al campeón.
Ahora queda por saber qué respuesta dará la UEFA, muy vehemente contra el proyecto de secesión, y la FIFA.
La instancia europea, en un comunicado firmado también por varios campeonatos nacionales de su continente, amenazó el domingo a todo club ‘disidente’ con la exclusión de las competiciones nacionales e internacionales, advirtiendo además que los jugadores de esos clubes no podrían jugar con sus respectivas selecciones nacionales.
Queda por saber si esa amenaza se ajusta al Derecho europeo de la competencia, lo que hace presagiar una eventual batalla jurídica.
El lanzamiento de esta «Super League» llega cuando la UEFA tiene convocado para el lunes su Comité Ejecutivo (07h00 GMT), destinado en principio a oficializar la reforma de la Champions League para la etapa que debe comenzar en 2024.