Santos Eduardo Romero Durán, de 41 años, es licenciado en Administración de Empresas, docente universitario, músico, compositor y cantante. Su condición de ciego de nacimiento no ha sido obstáculo para destacar en todas estas facetas de la vida, las cuales aseguró, sigue cultivando a diario.
Este destacado personaje reside en el barrio Concepción, de San Vicente, estudió su bachillerato opción Contaduría en el Instituto Nacional Doctor Sarbelio Navarrete (INSAVI) y en 2009 se graduó de la Universidad Panamericana, ubicada en la ciudad vicentina.
Su desempeño le permitió que esta casa de estudios, donde se profesionalizó, le brindara la oportunidad de dar horas clases, por lo que desde el 2012 a la fecha trabaja a tiempo completo.

A parte de impartir clases, el singular académico es el encargado del área de desarrollo de la investigación instruccional de Ciencias Económicas a nivel regional y apoya la proyección social.
Manifiesta que su discapacidad no es obstáculo para lograr salir adelante, prueba de ellos es que entre las materias que imparte están la teoría administrativa, dinámica empresarial, administración de personal, técnicas gerenciales y en mercadotecnia.
«Para mí todo ha sido un reto, desde que empecé a estudiar. Cuando comencé no había acceso a computadoras, me tocaba buscar personas que me leyeran los folletos y me ayudaran a escribir en braille, pero gracias a Dios ahora ya puedo utilizar un poco la computadora, el teléfono», ejemplifica el docente.
Su música la ha dado a conocer a través de redes sociales y tiene un canal de YouTube, confiesa que no le ha ido muy bien en ese rubro, pero que se siente bien al componer canciones y cantarlas.

Cuenta que sus proyectos de vida siguen en la docencia, pero también a nivel personal y familiar. «La proyección es seguir superándome económica y profesionalmente, dar una mejor vida a mi familia, seguir ayudando a mi hija de 12 años, poder casarme cuando mejore nuestras condiciones», aseveró.
«Tengo mi disco, soy compositor y cantante. Grabé un CD que se llama «seres especiales», toco guitarra, batería, conga, güiro, timbales, y todo eso siento que ha sido de trascendencia para mi vida», dijo el docente universitario.
Añadió que llegó a tener 45 composiciones, de las cuales diez están en el disco,entre estas, dos alabanzas, una a la Virgen María, una a su mamá, otra dedicada a los amigos, una que se llama Homenaje a los Maestros, y otra composición de nombre Soy Salvadoreño.