Lucía es una cosmetóloga de 25 años, originaria de San Dionisio, Usulután. Ha tenido muchas oportunidades para salir adelante con su oficio y está por inaugurar su salón de belleza y spa en el centro de la ciudad.
Consulta porque su sonrisa no le parece bonita; tiene todos los dientes, pero en la superficie de adelante tienen unas manchas blancas y en los de abajo, manchas cafés. Ella pregunta si son caries y si se pueden ocultar, porque en las fotos «no se ven bien».
Lucía tiene fluorosis, que es una anomalía en el desarrollo del diente en la que el esmalte presenta manchas blancas o cafés y la superficie es porosa y quebradiza.
¿Qué causó esto? En nuestro país generalmente se presenta por dos vías: el consumo excesivo de agua con flúor, el cual es característico en la zona oriental, y el consumo de este mineral en los primeros dos años de vida, cuando el niño lo capta durante la formación del esmalte, especialmente de los dientes permanentes.
Esta alteración no solo afecta la estética, sino también se vuelve un problema más adelante. Con el desgaste por la masticación estas piezas pueden sufrir fracturas, que dependen del grado de afectación. Si solo son manchas leves, como moteado, no será un problema tan grave; pero si el esmalte es poroso y comienza a quebrarse, puede ser muy doloroso, ya que se descubre la dentina y hay sensibilidad.
En la fluorosis dental leve hay líneas o surcos en la superficie del diente, el color es ligeramente más opaco, como papel blanco; los incisivos y las puntas de las cúspides de los molares tienen un aspecto nevado. En la fluorosis moderada, los dientes son altamente resistentes a la caries dental, pero tienen manchas blancas opacas. En la severa, el esmalte es quebradizo y pueden ser muy visibles las manchas cafés en los dientes.
Como mencioné antes, el consumo excesivo de flúor en los primeros dos años de vida provoca la fluorosis en los dientes permanentes que, por lo general, erupcionan entre los seis y siete años; también puede ocasionar enfermedades en los huesos, como la fluorosis ósea y la osteoporosis.
¿Cuál es el tratamiento más adecuado? Eso dependerá del grado de afección. Si es leve, se recomienda no hacer nada, a menos que la estética sea altamente demandante. Si es moderada o severa, se pueden colocar carillas estéticas, generalmente en las piezas superiores y hasta donde se visualice la sonrisa.
La mayoría de los pobladores del oriente del país, en donde el agua tiene altas concentraciones de flúor, tienen esta afección de forma leve, debido a que no pasa nada grave que limite las funciones de los dientes. En estos casos es mejor no tocarlos. Lo que sí es necesario es que el odontólogo revise anualmente las piezas para verificar que no se vuelvan porosas y desarrollen cavidades que pueden sufrir contaminación de bacterias que provocan sensibilidad y caries.