Formó parte del personal de primera línea contra la COVID-19 durante 10 meses en un hospital privado de Managua, Nicaragua. Ahora, que está sin empleo, la doctora nicaragüense July Pérez Navarrete, de 28 años, busca formar parte de las jornadas de vacunación en el extranjero ya que no tiene esta alternativa para protegerse contra el SARS-CoV-2 en su país.
Hace meses atendió a pacientes graves de la COVID-19 en las instalaciones de emergencia del Hospital Monte España, en Managua, y vio cómo algunos fallecieron cuando sus pulmones dejaron de funcionar. Incluso se sumó a las infecciones en mayo, pero con síntomas leves, la peor parte la sufrió su papá de 63 años. Actualmente, ambos se encuentran estables. Además, su padre ya completó el esquema de vacunación con dos dosis de Covishield.
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Al estar como médico independiente corre riesgos, porque tiene que buscar su equipo de bioseguridad, por ello, resguardarse con las dosis de las vacunas es tan esencial para ella.
Por la experiencia como médico y víctima de la COVID-19, también está consciente de que la vacuna salvará su vida, especialmente con la aparición de las variantes, que aunque el Ministerio de Salud de Nicaragua no ha confirmado ningunas de las identificadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), como alfa, beta, gamma y delta, sus colegas que laboran en otros centros médicos sospechan que más de alguna circula en el territorio.
«Quiero vacunarme, pero por el hecho de no trabajar en ninguna institución ahorita, no lo hacen. Solo están vacunando a las personas de Salud de la primera línea que están laborando en un hospital y a las personas mayores de 50 años», comentó la médico.
Como un primer destino pensó en El Salvador debido al alto índice de vacunación en el país, pero esa opción no es viable, ya que no es residente. La campaña de inmunización en Nicaragua comenzó en marzo con una primera fase en la que se aplicaron dosis de la vacuna Sputnik V.
El 16 de marzo, según un reporte de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Nicaragua recibió otro donativo de 135,000 de dosis de AstraZeneca mediante el mecanismo COVAX, y en abril arribaron 167,000 dosis de Covishield, una versión india de AstraZeneca. Pese a los cargamentos, el país apenas ha habilitado la campaña de vacunación para el personal de salud de la red hospitalaria pública y privada y para la población mayor de 50 años. Lo que excluye a Pérez por laborar de forma independiente.