Faltan pocos días para que las elecciones de medio mandato del Congreso de Estados Unidos pongan a prueba los casi dos años de gobierno del presidente Joe Biden. El mandatario no estará en la papeleta este 8 de noviembre, pero la estela de un débil liderazgo podría pasar factura a los miembros de su partido, que llegan con una ventaja no tan cómoda en el Senado y en la Cámara de Representantes.
Ya una encuesta del periódico The New York Times en colaboración con la Universidad de Siena predecía que habría consecuencias para todo el bloque político y, aunque no todo está dicho, los republicanos han abierto una ventaja de diez puntos en los electores independientes. Además, nueve de cada diez votantes que desaprueban la labor de Biden votarán rojo. En general, casi la mitad de los electores está preocupada por la economía, en específico sobre la inflación, según una encuesta del instituto de sondeos de la Monmouth University.
Las proyecciones de Politico y Real Clear Politics perfilan que el partido oficialista sufrirá en las urnas. El control del Senado, que renovará 35 asientos, será reñido, pero los republicanos solo necesitan ganar tres de los seis estados más ajustados -Wisconsin, Nevada, Georgia, Arizona, Pensilvania y Nuevo Hampshire- para tener mayoría. En tanto, la Cámara de Representantes se proyecta fuertemente para volver a pintarse de rojo.
Demócratas y republicanos comparten actualmente el Senado 50-50. Ha sido la vicepresidenta Kamala Harris quien ha tenido el voto del desempate y, aún así, el partido ha tenido problemas para acuerpar al Ejecutivo. Los republicanos se tomarían de lleno la Cámara Alta si ganan tan solo un senador más.
En tanto, en la Cámara de Representantes -que tiene 435 asientos posibles- el Partido Republicano debe ganar solo cuatro escaños más para los 218 votos decisivos que se necesitan para darle vuelta al poder. Los opositores llegan con 212 representantes, mientras los demócratas tienen 220. Hay tres vacantes y dos de estas se perfilan para pertenecer al partido del elefante, dice Politico.
El 8 de noviembre se eligen también 36 gobernadores estatales. En esta contienda, los demócratas podrían ver un respiro. Serán reñidos Arizona, Oregon, Kansas, Wisconsin y Nevada.