Al menos dos personas murieron y 30 municipios afectados por los incendios forestales y de áreas de caña de azúcar en el estado de Sao Paulo, sureste de Brasil, según informaron el viernes fuentes oficiales del estado.
Las autoridades se han declarado en alerta y crearon de un gabinete de crisis contra más de 36 focos ígneos que han cortado carreteras y provocado trastornos en áreas rurales y urbanas de 30 ciudades, que debieron suspender las clases para no exponer a los niños al humo y al avance del fuego.
El Departamento de Bomberos informó que dos empleados de una empresa azucarera fallecieron cuando intentaban contener las llamas en unos campos en el municipio de Urupés, interior del estado de Sao Paulo.
Las quemadas de pastizales en esta época de sequía provocaron también que el cielo de la mayor ciudad de Brasil y de Sudamérica, Sao Paulo, presentara una gran nube de cenizas, otorgando un color rojizo al sol.
Parte de esas cenizas también llegan por los vientos desde la Amazonía, donde hay regiones donde se registran quema de pastizales.
El Gobierno del estado de Sao Paulo, el más desarrollado y poblado de Brasil con 43 millones de habitantes. El municipio más afectado es el gran polo azucarero y cafetero de la ciudad de Ribeirao Preto.
Productores de etanol (alcohol combustible) a partir de la caña de azúcar ofrecieron una recompensa de unos 30.000 reales (unos 5.760 dólares) para quien identifique y denuncie a criminales que prenden fuego los pastizales y bosques aprovechando la época de baja humedad.
«Las quemas perjudican al medio ambiente, la seguridad ciudadana y la rentabilidad de los productores rurales. Frente a la baja humedad, falta de lluvia y temperaturas elevadas, toda la cadena de producción de la caña de azúcar está movilizada contra los incendios», informó en un comunicado la Organización de Asociaciones de Productores de Caña de Brasil.