La Metropolitan Police, que en ocasiones ha sido acusada de cerrar los ojos ante actuaciones controvertidas de sus agentes, fue firme en esta ocasión ante las conclusiones de una comisión disciplinaria.
Según el veredicto de esa comisión, Jonathan Clapham y Sam Franks mintieron cuando afirmaron haber percibido olor de cannabis durante el arresto de los dos atletas el 4 de julio de 2020, con motivo de un control en la carretera.
Los dos atletas habían presentado una denuncia, afirmando que la cuestión racial estaba detrás de la actuación de los agentes.
El comportamiento de Clapham y Franks contravino las normas de honestidad e integridad del a policía, lo que constituye una falta grave, estimó la presidenta de la comisión de disciplina, Chiew Yin Jones.
Durante la audiencia, el organismo encargado de las denuncias contra las fuerzas del orden (IOPC) afirmó que la pareja había sido detenido «porque eran negros» y que su detención era «excesiva, no razonable e injustificada».
Los dos deportistas fueron detenidos el 4 de julio de 2020 en el oeste de Londres cuando volvían en coche de un entrenamiento, llevando a su bebé de tres meses. Fueron esposados y cacheados por la policía, que no encontró luego nada sospechoso.
Los cinco agentes imputados negaron en la audiencia haber actuado por racismo y dijeron haber intervenido por la conducta «sospechosa» de Ricardo Dos Santos.
De los cinco, tres agentes no contravinieron ninguna norma, determinó la comisión disciplinaria.
En pleno movimiento antirracista Black Lives Matter, iniciado en Estados Unidos por la muerte de George Floyd, este caso alimentó las acusaciones de racismo contra la ‘Met Police’ de Londres. Se llevó a cabo entonces una amplia investigación sobre las discriminaciones raciales en el seno de la policía.