En 1936 comenzó una tradición que perdura con alegría hasta estos días: la elección de la reina de los festejos agostinos de San Salvador en honor al Divino Salvador del Mundo.
La tradición la inició Ruth Paulita Pike Tennant, conocida con cariño desde entonces como Pachita Pike. El tiempo ha pasado y este año, tras un impasse provocado por la COVID-19, San Salvador celebra con todo el entusiasmo nuevamente su fiesta en honor al patrono y, claro, ya eligió a su reina.
En 2022, el nombre que pasará a la historia es el de Paola Alvarado, la nueva soberana y quien con solo 20 años ya cumplió uno de sus sueños más queridos.
Pachita inició la tradición y Paola la continúa. Estas son ellas dos y sus historias hacia la corona de San Salvador.
LA PRIMERA REINA DE SAN SALVADOR
Pachita cambió la historia de los festejos agostinos en 1936. Ella se convirtió en la primera reina de las fiestas patronales y abrió un camino por el que muchas jovencitas han anhelado transitar.
Su nombre era Ruth Paulita Pike Tennant, pero todos la recuerdan, y así pasó a la historia, como Pachita Pike.
Su llegada a la corona tiene varias anécdotas alrededor, como cuando a los 17 años fue postulada por los estudiantes de la Universidad de El Salvador (UES) para ser reina. Aquello no prosperó y alguien más tomó ventaja.
Ese sería el primer asomo de una corona en su cabeza. Lo seguro vendría de la mano de Carlos Dreyfus, el otrora alcalde San Salvador, quien le comunicó que por decisión unánime el concejo la había nombrado reina de la capital.
Con toda la juventud y la galanura de los 17 años, Pachita obtuvo la primera corona como reina de San Salvador.
Hasta la fecha, el recuerdo de Pachita sigue siendo estandarte por su carisma y gran presencia.
Aquel evento fue tan importante que el mismo presidente Maximiliano Hernández Martínez solicitó colocarle la corona a la soberana.
Por eso, en cada coronación es difícil no recordar aquel gran momento y a aquella guapa jovencita que se inmortalizó desde ese momento. Su hija, Paulita Pike, diría años más tarde que el carisma de su madre lo tuvo desde pequeña, era una niña y, luego, una joven muy popular.
Durante el resto de su vida, Pachita fue reconocida por su sencillez y espontaneidad, ambas virtudes las puso al servicio del prójimo y por ello recibió varios reconocimientos como reina.
Pachita partió de este mundo a los 95 años, en junio de 2014; pero su recuerdo la mantiene viva y vigente, tanto como aquel día de 1936 en la que con una sonrisa recibió la primera corona y honró con su personalidad a las fiestas patronales de San Salvador.
PAOLA ALVARADO, UNA REINA DE ALTURA
En cada aspecto de su vida, Paola Alvarado ha sido motivada por sus papás a ser la mejor, pero principalmente en los estudios. Así, fue desde siempre y por eso empezó el prekínder mucho antes de la edad promedio.
Ahora, Paola es una joven mujer de 20 años que ya cursa el cuarto año de Ingeniería Química, en la Universidad de El Salvador (UES).
En medio de sus éxitos académicos siempre existió el sueño ser participar en un certamen de belleza. Ese anhelo se comenzó a cumplir cuando su mamá compró un puesto en el mercado de San Jacinto y de inmediato la reclutaron para ser la representante, eso le valió como pase directo para ser parte de las reinas de los mercados.
El filtro del certamen también contempla postulantes de instituciones municipales y de distritos.
Cuando la eligieron se sintió halagada, desde luego, pero aún en ese momento jamás pensó que sería la ganadora del primer lugar.
Comenzó con el proceso de los ensayos y cada aspecto de la preparación por el que pasa cada una de las candidatas previo al día del concurso.
«No me imaginaba que podía ganar porque había muchas chicas concursando que ya eran modelos. Ellas se grababan viéndose, yo ni me grababa. Yo, en lo único en que pensaba era que no me quería caer», relata entre risas Paola.
La joven, además de ser simpática y muy educada, también destaca de inmediato por su altura: es una joven con 1.80 centímetros de prestancia que la hacen notarse inmediatamente por donde va o hacia donde entra.
La corona avanzó hacia ella, según lo analiza. En el momento que respondió una de las preguntas de jurado: «¿Cuáles son las características de una mujer joven exitosa?».
La respuesta fue una prueba más de su integralidad: «Recuerdo que dije que era necesario ponerse metas, porque sin metas no vas a ningún lado. Luego, tener motivación y también tener perseverancia. Y esa respuesta creo que también es la que me hizo ganar».
Después de este sueño cumplido sigue el de terminar su carrera y pronto tener un trabajo que le permita retribuirles a sus papás, Lucía Pérez y Douglas Alvarado, el esfuerzo de vida que han hecho para criarla y darle todo lo necesario.