El primer ministro italiano, Mario Draghi, que inauguró el sábado la cumbre del G20 en Roma, calificó de moralmente inaceptables los diferentes niveles de vacunación antiCOVID-19 entre países ricos y pobres. «En los países de renta alta, más del 70 % de la población recibió al menos una dosis.
En los países pobres, este porcentaje se reduce aproximadamente al 3 %», lamentó Draghi en el discurso de apertura ante los líderes de las 20 mayores economías.
«Estas diferencias son moralmente inaceptables y socavan la recuperación [económica] mundial», agregó el exjefe del Banco Central Europeo (BCE), para quien los retos planteados por la pandemia deben afrontarse colectivamente.
Draghi celebró que se esté cerca de alcanzar el objetivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de un 40 % de la población mundial vacunada para finales de 2021. «Ahora tenemos que hacer todo lo posible para alcanzar el 70 % para mediados de 2022», agregó.
Sin embargo, este porcentaje llegaría al 20 % en los países pobres en 2021, advirtió en septiembre el mecanismo internacional de financiación COVAX, lanzado por la OMS y la Alianza para la Vacunación (GAVI) para apoyar a 92 Estados y territorios de menores ingresos.
Los ministros de Finanzas y de Salud del G20 expresaron el viernes su compromiso en ayudar a avanzar hacia los objetivos de la OMS, aunque las ONG esperan que, tras la cumbre, se anuncien medidas concretas sobre suministro de dosis.