«Es la gota que colma el vaso porque para llegar a ese momento en un escenario tan importante, quiere decir que cuando no hay cámaras, cuando no hay otra gente, cuando no es la final de un Mundial, suceden otras muchas cosas que se normalizan o que se dejan pasar cuando no debería de ser así», dijo la jugadora de la Fiorentina, de 36 años.
Capitana de la selección, fue apartada en 2017 por denunciar al cuadro técnico y la incompetencia, según ella, del seleccionador Jorge Vilda, que acaba de ganar el Mundial con España pese a las tensiones entre él y sus jugadores.
«Durante mucho tiempo, en la selección, si tú te lamentabas de algo y querías encontrar algun cambio, quien estaba al frente no te escuchaba y muchas veces lo que conseguías era pagar unas consecuencias que era quedarte apartada de la selección. Entonces, eso provocaba un miedo a las consecuencias», añadió.
Denunciando en un sentido más amplio el trato dado a las mujeres en el fútbol profesional, la 56 veces internacional con España, afirmó que «casi siempre la gente que está dentro del fútbol son hombres y siempre de una mentalidad bastante machista, entonces es una guerra constante».
«Necesitamos que haya gente que trabaje por y para nosotras queriendo hacerlo, no porque sea una obligación», afirmó.
En la entrega de medallas tras ganar España el Mundial el 20 de agosto en el estadio de Sídney, Rubiales besó a Jenni Hermoso en la boca causando estupor e indignación por todo el planeta.
Desde entonces, ha sido suspendido durante 90 días por la FIFA que le ha abierto un expediente sancionador, mientras en España, el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) también ha abierto un expediente disciplinario por «faltas graves».