A cuatro años de iniciado el gobierno del presidente Nayib Bukele, el Centro para el Confinamiento del Terrorismo (CECOT) es uno de los grandes legados de la administración que acabó con los grupos terroristas que por muchos años mantuvieron agobiados a la población salvadoreña.
El recién inaugurado megapenal ya alberga a más de 9,000 de los más de 68,500 pandilleros detenidos en el marco del combate frontal a las pandillas que el presidente Bukele y su gabinete de seguridad inició el pasado 27 de marzo de 2022. Entre los aprehendidos en general están 1,201 cabecillas; 922 de la Mara Salvatrucha y 279 de la pandilla 18.
«Ahorita tenemos ya, un poco más de 9,000. Entonces al CECOT van a ir los miembros de estas estructuras terroristas», dijo recientemente en entrevista televisiva el ministro de Justicia y Seguridad, Gustavo Villatoro.
El Jefe de Estado salvadoreño advirtió que los pandilleros terroristas recluidos en el CECOT «nunca más volverán a ver la luz del sol y que esta será su nueva casa, donde vivirán por décadas, mezclados, sin poder hacerle más daño a la población».
El CECOT, situado en Tecoluca, departamento de San Vicente tiene una extensión de más de 236 manzanas y se encuentra aislado de cualquier zona urbana, lejos de la población.
El recinto penitenciario, que tiene una capacidad de 40,000 privados de libertad, fue construido en tiempo récord para evitar el hacinamiento carcelario e internar a los integrantes de los grupos delincuenciales que por la inacción de los gobiernos de ARENA y el FMLN tuvieron un crecimiento exponencial a lo largo de 30 años de sus administraciones.
Cada uno de los traslados que la Dirección de Centros Penales en conjunto con la Policía Nacional Civil (PNC) y la Fuerza Armada de El Salvador (FAES) ha sido planificado cuidadosamente, con vigilancia permanente para los reos, a través de motorizados, patrullas, vehículos blindados, drones térmicos y helicópteros con francotiradores.
En reiteradas ocasiones, las autoridades han afirmado que el CECOT está diseñado para que los criminales cumplan su condena sin volver a tener contacto con el mundo exterior. Si un terrorista intenta escapar del recinto carcelario tendrá que enfrentarse a 19 torres de vigilancia, dos cercos perimetrales de malla ciclón totalmente electrificados y otros dos cercos de concreto que garantizan que nadie pueda salir del lugar.
Además, las instalaciones del CECOT han sido diseñadas para que los agentes penitenciarios cuenten con todas las comodidades y facilidades para ejecutar dignamente su labor. Los tiempos en los que los privilegios dentro de las cárceles eran para los terroristas terminaron.
Dentro y fuera de las instalaciones del megapenal, más de 600 soldados de la FAES y 250 efectivos de las PNC apoyan las 24 horas de los siete días de la semana en las tareas de seguridad para atender cualquier posible disturbio.
El CECOT cuenta con las siguientes áreas: pabellones para confinamiento de reos, casa para perros guardianes, edificio de custodios y control de acceso con escáner de cuerpo completo, escáner paquetero y arco metálico.
Cada pabellón del CECOT donde estarán confinados los terroristas cuenta con: pilas, inodoros, camarotes multinivel, rejas de seguridad; zonas para careo de imputados, salas de audiencia, celdas de castigo, sistema de videovigilancia y área médica.
76,600 terroristas fichados
En una reciente entrevista el titular de Seguridad informó que la Policía tiene un registro de 76,600 pandilleros en El Salvador y que con la guerra a las pandillas han impactado alrededor de 70 % de los integrantes de esas estructuras criminales. «Muchos de ellos han salido del territorio salvadoreño y estamos haciendo todas estas coordinaciones con Costa Rica, con Belice, con Honduras, con Guatemala, con México, con Estados Unidos para poder traer a estos pandilleros», indicó Villatoro.
El funcionario reiteró que el régimen de excepción será prorrogado las veces que sea necesario pues esta herramienta legal con la que la administración Bukele combate a las maras para 6.2 millones de salvadoreños significa que hay un Estado firme y valiente tutelando sus vidas, sus bienes y su libertad.
«Eso es para los salvadoreños. Para estos, el régimen de excepción y han tratado de vendernos a nivel internacional como que es algo malo que está ocurriendo y peligroso. No es peligroso para El Salvador», defendió Villatoro.