Daños ambientales, consecuencias económicas, y repercusiones en la salud provoca la adicción al tabaco, situación que genera un gasto de $263.6 millones al país debido a las afecciones que produce la sustancia en el organismo del consumidor.
«En efecto, el consumo de tabaco causa consecuencias económicas, sociales y ambientales a todos los países, y El Salvador no se encuentra exento de ello. Son $263.6 millones los que se pierden anualmente atribuibles al consumo de tabaco, lo que equivale a aproximadamente el 1% del producto interno bruto salvadoreño (PIB)», señaló el coordinador de los Centros de Prevención y Tratamientos de Adicciones (CPTA) del Fondo Solidario para la Salud (Fosalud), Ottoniel Sánchez.
El doctor Sánchez explicó que las implicaciones económicas derivadas del consumo del tabaco se dividen en dos rubros: gastos en salud y pérdidas por falta de productividad de las personas tabacodependientes.
«Debemos tener claro que estas pérdidas son mayores de lo que se recauda anualmente en concepto de impuestos por producto de tabaco, es decir, nos encontramos en una balanza desequilibrada, pues pagamos $115.6 millones que están asociados a gastos de salud por consumo de tabaco, $148 millones perdidos por la falta de productividad, mortalidad prematura, ausentismo, presentismo y pausas laborales atribuibles al consumo del tabaco», señaló.
Ante esto, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) detalla que a escala mundial el costo del tabaquismo sobrepasa el billón de dólares en los rubros anteriormente referidos.
«El costo económico total del tabaquismo a escala mundial [derivado de los gastos en salud y las pérdidas de productividad asociados] es estimado a $ 1.4 billones, lo cual equivale al 1.8% del PIB mundial anual de 2012», señaló la entidad en su página web.
La gravedad de la adicción al tabaco es tal que la OPS afirma que la esperanza de vida de una persona fumadora es de 10 años menos que la de una que no fuma; sin embargo, la afectación para otras personas es igual que la del fumador mismo.
«El tabaco mata a 8 millones de personas cada año [7 millones de fumadores activos y más de un millón de no fumadores afectados por humo de fuente ajena], incluyendo un millón en las Américas», detalla la OPS.
Por su parte, el doctor Sánchez enfatiza que las repercusiones en la salud para los fumadores activos como pasivos es similar.
Aparte del cáncer de pulmón que desarrollan las personas, «en un fumador activo el riesgo de accidente cerebro o cardiovascular es un 30 % superior a un no fumador; en un pasivo también existe un incremento cuantificable que se sitúa en torno al 3 %», indicó el doctor Sánchez.