Mientras la famosa canción de Opus Life is Life sonaba por los alto parlantes en el estadio Cuscatlán, las hinchadas de El Salvador y Costa Rica demostraban que el fútbol también es vida: llegaban en completa armonía para congregarse y disfrutar en paz del espectáculo.
Con la Azul ya partada del sueño mundialista Catar 2022 y sin más nada en juego que el orgullo, el ambiente vivido en las horas previas al juego entre las dos aficiones de los equipos en contienda fue de cordialidad, armonia, de hermandad y se dieron tiempo para las fotos conjuntas y concienciar que no se trata de una guerra sino de un partido de fútbol.
«El Salvador es un precioso país. No tenemos quejas. Venimos por un 1-0. Tomando en cuenta que ustedes están de vacaciones talvez El Salvador nos echa la manita. Ojalá El Salvador nos eche la manita», dijo el tico Ricardo Salgado que llegó con una excursión de 57 personas todas con la elástica tica.
Por el lado de El Salvador tampoco hubo hostilidad para los visitantes, hubo incluso admiración de algunos hinchas nacionales que se confesaron fans de Keylor Navas.
«Keylor soy tu fan #1 ¡ regálame tus guates!» se leía en un cartel que portaba Alejandro Pérez, un muchacho de 12 años que sueña con ser portero de fútbol y admira al jugador tico.
Así, aunque en el terreno de juego la pelota se guerreó, en las gradas el partido se vivió en paz, y sobre todo en un ambiente seguro ya que se tomaron todas las medidas de bioseguridad para evitar contagios de COVID-19.