La Semana Santa o Semana Mayor es un periodo muy especial para los fieles católicos porque se realizan diferentes actividades para representar y recordar la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. Algunas se realizan con la comunidad religiosa como las misas, procesiones y vigilias, pero hay otras que se hacen de manera personal como el acto de penitencia.
El acto de penitencia es la manera en que cada feligrés reconoce el sacrificio que Jesús hizo al morir en la cruz para salvar nuestros pecados y para darle sentido a ese acontecimiento se practica la conversión, es decir, acciones de arrepentimiento por los pecados.
Para que la conversión sea real y significativa, las acciones del penitente van más allá de las apariencias, son ejercicios personales como la oración, el ayuno, abstinencia, obras de caridad, practicar la piedad y la limosna.
La iglesia invita a abstenerse de comer carne
La iglesia católica propone ciertas acciones concretas para que los fieles puedan realizar la penitencia y una de las más comunes es la de abstenerse de comer carne roja, que es una acción solicitada de manera expresa en el Derecho Canónico.
«Todos los fieles, cada uno a su modo, están obligados por ley divina a hacer penitencia», indica el canon 1249 y otros detalles son especificados en el canon 1251 en el cual explica que la abstinencia se debe practicar «todos los viernes, a no ser que coincidan con una solemnidad, debe guardarse la abstinencia de carne, o de otro alimento que haya determinado la Conferencia Episcopal; ayuno y abstinencia se guardarán el miércoles de ceniza y el viernes santo».
El simbolismo detrás de esta práctica es que se prohíbe la carne roja porque representa el cuerpo de cristo y se realiza los viernes porque en el pasaje de la biblia (Mc 15; 42) se entiende que Jesús murió en la víspera de un sábado. De manera que se realiza todos los viernes que dura la cuaresma y el viernes santo.
Pescado seco
Con el objetivo de cumplir con el acto de penitencia que ordena la iglesia, los fieles sustituyen la carne roja por otros alimentos como la carne blanca de las aves y, sobre todo, el pescado.
En el Salvador, esto ha dado paso a la creación de un platillo especial, las tortas de pescado seco, que se pueden preparar con bacalao o macarela, entre otros, los cuales llevan un proceso de conservación previo que consiste en extraerle las vísceras y luego aplicarle sal y ponerlo a secar durante varias semanas o meses antes del día en que será preparado.
El pescado seco es común encontrarlo en todos los mercados. «Este producto se empieza a vender desde el miércoles de ceniza y durante toda la cuaresma, pero cuando más se mueve es en la semana», mencionó María Argueta, la propietaria de un puesto del Mercado de Antiguo Cuscatlán, quien explica que el pescado se vende entero a un precio de $8 la libra.
La preparación de este platillo varía de acuerdo con la región. En la zona central se deja en remojo el pescado desde un día antes y mientras tanto le cambia el agua varias veces. Hasta que ya se va a cocinar se seca y se separa la cabeza y el espinazo, para luego cortar el resto en porciones. Cada porción se envuelve en huevo batido y se fríe.
De acuerdo con Ana Beatriz, propietaria del comedor Rosy en el mercado de Antiguo Cuscatlán, la salsa se prepara poniendo las cabezas y colas en un agua a hervir con 12 tomates, cebolla, chile verde, hierbas aromáticas. Cuando está hirviendo se sacan las cabezas y se ponen a licuar para luego regresarlo a la salsa. Se añaden verduras como papas, garbanzos o repollo. Finalmente se introducen los rellenos a la salsa durante un par de minutos y está listo para servir.
Otro de los lugares reconocidos porque venden un exquisito platillo de pescado seco en el Restaurante Bryan Chef (en el mercado de Antiguo Cuscatlán), donde el plato tiene un precio de $4, acompañado de arroz, ensalada y dos tortillas.
En el oriente del país, la preparación varía porque incluye un ingrediente adicional que es una capa de masa con la que se envuelve el pescado antes de forrarlo con huevo batido. Esa pasta se prepara con harina de maíz, achiote, jugo de tomate, comino, sal y pimienta.
El dulce que no puede faltar
La gastronomía de esta temporada también incluye las torrejas que son deliciosos trozos de pan bañados en una salsa de dulce de panela.
Este platillo lo preparan en todo el país. Es común encontrarlo en los mercados, panaderías, comedores y hasta en algunos restaurantes con distintos precios desde $1 la porción.
La preparación de este manjar es muy sencilla y consiste en cortar una torta de yema en rebanadas con un grosor de 1.5 cm (aproximadamente). Aparte se baten 4 huevos con una cucharada de harina de pan hasta que esté espeso. Las rodajas de pan se sumergen en leche y luego se envuelven en huevo para después ponerlas a freír.
La miel se prepara colocando en una cacerola medio litro de agua, canela y la mitad de un dulce de atado en trozos hasta que la mezcla se unifique, hierva y se vuelva consistente.
En algunos lugares se sirve la torreja en el plato y luego se baña con la miel; mientras que en otras zonas se introducen las torrejas en la miel un par de minutos antes de apagar el fuego y están listas para servir.